Lima podría padecer escasez de agua en el año 2009

02 julio 2008

Fuente: El Comercio

Por: Fabiola Torres López

09 de junio de 2008

10:31 | Sedapal informó que ha encendido la alerta ámbar que clasifica el riesgo de suministro de agua, debido a la pérdida de reservas de nieve y pronósticos de poca lluvia.

A la familia Ramos la realidad le impone un complicado ejercicio de aritmética: con dos bidones de agua que hacen 36 litros deben sobrevivir seis personas durante tres días. La señora Julia y sus hijos separan el agua que les entrega un camión-cisterna en cuatro litros diarios para cocinar, otros seis para asearse y reciclan el resto de agua que usaron para lavar su ropa en la limpieza de su casa en Mi Perú, uno de los 43 asentamientos humanos de Ventanilla, en el Callao.

Si bien esta es la actitud y usos del agua de un millón de personas que aún no tienen servicio de agua potable en la capital, también debería ser el modo de vida de todos los limeños. El plan de incorporación de más usuarios a la red de agua potable sigue su curso (el programa Agua para Todos habrá incluido a 909.000 familias al finalizar el año), pero no va al mismo ritmo de los proyectos de inversión de nuevas fuentes de abastecimiento de agua para una capital que crece.

A esta preocupación, advertida en el 2006 por el Colegio de Ingenieros de Lima y el geólogo Lindberg Meza Cárdenas en publicaciones de este Diario, se suma otra dificultad: las reservas de nieve de la cuenca de Marcapomacocha que contribuyen en la dotación de agua para Lima se pierden por efectos del cambio climático. "Sin un manejo prudente de las descargas de agua de nuestras actuales reservas, en el 2009 Lima puede enfrentar un racionamiento del servicio como el que vivió en el 2004", advierte Guillermo León, presidente de Sedapal.

Los técnicos de la empresa de agua tienen motivos para estar hoy en alerta ámbar: los reportes históricos de precipitaciones pluviales indican que tendríamos un menor volumen de lluvias en la próxima temporada, mientras que la recuperación de las reservas de nieve no se produce tan aceleradamente como su descongelamiento. La temperatura mínima en la Cordillera de los Andes está entre 2 y 3 °C, es decir, no hay condiciones para que se forme nieve, según la Unidad de Glaciología del Instituto de Recursos Naturales.

Julio Ordóñez, director de Hidrología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), confirma que la evolución histórica de precipitaciones indica una tendencia de deficiencia de lluvias en la sierra central, pero aclara que todo el sistema climático sufre procesos de alteración difíciles de pronosticar. Sedapal no precisó qué porcentaje de las reservas de agua para Lima aportan los nevados, pero asegura que el cauce natural del río Rímac se ha alimentado en gran parte con los deshielos en los últimos años.

INVERSIONES Y EFICIENCIA
Si el comportamiento de la naturaleza es un factor imposible de controlar, los proyectos de inversión y políticas públicas para el uso eficiente del agua son decisiones que están en manos de las autoridades y la población. Sin embargo, desde 1997 se ha ejecutado un solo proyecto para mejorar las fuentes de abastecimiento: Marca III, que permitió traer hasta Lima las aguas de la laguna de Antacoto.

Las obras de trasvase de agua de las lagunas de Pomacocha (Marca II) y Huascacocha (Marca IV) a la cuenca del Rímac siguen en espera aun cuando Sedapal las consideró prioritarias para evitar un desabastecimiento del recurso a partir del 2009. La primera incrementaría en 25% la capacidad de almacenamiento de agua, mientras que la segunda en 10%. (Ver cuadro)

La Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Pro Inversión) ha puesto en concesión solo la obra de Huascacocha y, si se cumple el cronograma, el 11 de julio debería adjudicarse la buena pro. En paralelo, Sedapal espera la respuesta del crédito de 80 millones de dólares del Japan Bank for International Cooperation (JBIC) para adjudicar la construcción de la planta de tratamiento de Huachipa que producirá más agua potable y abastecerá a la población de Lima norte.

Una de las razones de la resistencia del Ministerio de Economía para financiar proyectos como Marca II ha sido la exigencia de que Sedapal cubra la creciente demanda de agua mejorando primero sus indicadores de gestión: el 24,4% de usuarios no cuenta con medidores de agua en sus viviendas y hay 930 kilómetros de redes que están muy deterioradas y ocasionan fugas. Los expertos de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) calculan que de los 15 m3/s que salen de la planta de La Atarjea se pierden unos 4,6 m3/s.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la cantidad adecuada de agua para consumo humano diario (beber, cocinar, higiene personal y limpieza del hogar) es de 50 litros por habitante. Sin embargo, el limeño con conexión de agua usa en promedio 200 litros. Incluso, en distritos como La Molina, hay vecinos que riegan los jardines de su casa con agua potable.

Sedapal ha encontrado una fuerte resistencia de los usuarios al programa de micromedición del agua y ha optado por otras medidas como la reducción de la presión de agua desde las 10:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. "Pero sin un cambio cultural y de hábitos sobre el uso del agua, ningún proyecto de inversión va a ser suficiente", sostiene Carlos Pagador, intendente de Recursos Hídricos del Inrena.

La rehabilitación de las antiguas redes de agua, principalmente de Lima norte A, le va a costar a la empresa de agua una deuda de 100 millones de dólares con dos bancos extranjeros. Además, invertirá otros 100 millones de dólares de sus recursos propios para completar el financiamiento de esta obra. ¿Cuánto puede costarle a un limeño empezar a cuidar más el agua para garantizarse la que necesitará en el futuro?

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