¡Aguas! con la Mintzita

18 julio 2008

Fuente:

La Voz de Michoacán

Editorial

Hace falta una revolución cultural a favor del agua. En el municipio de Morelia desde hace bastante tiempo se ha entrado a un proceso de crisis de ese vital líquido. Ahora se ha informado que sólo diez años de vida es lo que le queda al manantial de La Mintzita. El llamado debe ser atendido por todas las instancias de gobierno involucradas en la preservación de esa fuente. La voz de atención se ha dado diciendo que de no revertirse el severo proceso de degradación que sufre en la actualidad y que ha hecho que en los dos últimos años el 30 por ciento de las especies endémicas en sus humedales hayan desaparecido, habrá lamentaciones.

Hay que recordar que desde 1983, cuando empezó a abastecerse esa fuente a la población moreliana, los incendios, la contaminación por basura, por aceites, detergentes, heces animales y demás agentes nocivos, han hecho su trabajo, de tal suerte que de no tomarse las medidas necesarias para parar la degradación que sufre el sitio, en una década la crisis por el agua en el municipio será insalvable. Pero si se actúa a tiempo podría haber mejores noticias.

El investigador del Laboratorio de Ecología de Restauración del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM, campus Morelia, Roberto Linding Cisneros, advierte que todavía es posible recuperar la calidad de agua en La Mintzita. Debe destacarse que actualmente Linding, junto con otros investigadores, realizan un proyecto de estudio y de educación ambiental alrededor de la problemática de La Mintzita. Pero es necesario que esos productos del campo de la investigación sean recogidos, impulsados y puestos en práctica por las autoridades responsables para que den los frutos deseados. Los investigadores han dicho que “la situación es muy compleja y prioritaria para el municipio, no hay que olvidar que éste es tal vez el manantial más importante de la ciudad, ya que aporta alrededor del 40 por ciento del agua potable para los morelianos”.

Lo que está ocurriendo a decir de Linding, es que los humedales, es decir, la vegetación acuática que rodea al manantial, se está degradando rápidamente; “nosotros estamos haciendo estudios, este sería el quinto año consecutivo que monitoreamos la vegetación y está cada vez peor, hay extinción local de especies, las queman, meten ganado, en algunos lugares incluso han rellenado parte del humedal”.

Los humedales funcionan a modo de filtro, esto es, toda la contaminación que viene de las partes altas de las cuencas que alimentan el manantial se quedan ahí y hay procesos biológicos y químicos que eliminan los contaminantes. “Si quitamos el humedal estamos eliminando ese filtro y dejando que todos estos contaminantes lleguen al lago”.

Las autoridades deben ver con interés este problema. Sin titubeos ni trabas burocráticas se tiene que actuar en consecuencia. Si un día no lejano las previsiones de hoy se cumplen, será sumamente lamentable para toda la población que en diez años o menos se sufran las consecuencias de la desidia de hoy.