La Coca-Cola Vs. Los Indígenas en Chiapas
21 julio 2008Fuente: Ecoportal
21-12-04, Por Juan Herrera y Gustavo Castro *
En muchas comunidades indígenas de Chiapas la ola del boicot contra la Coca-Cola va creciendo. Esta inició desde hace muchos años atrás por las expulsiones que desde entonces ha generado. Cuando en las comunidades se plantean dejar de consumir el refresco la pregunta es inmediata: ¿cuál es la alternativa?
Está difícil encontrar un alternativa porque también significa el agua purificada que el gobierno no hace llegar por otros medios. Sin embargo, consideramos que para encontrar las alternativas el primer paso es dejar de consumir la Coca-Cola. Pero así es en todo. El hábito de consumo de un producto alimenta la necesidad de su producción y todo lo que conlleva. En este caso el uso y control del agua, los ingredientes y toda su cadena productiva. En otras palabras, alimentamos el mismo sistema capitalista, su sistema de producción pero al final de consumo. Se reproduce un sistema si se le consume. El ciclo se puede romper por algún momento y es entonces que el consumidor tiene la última palabra. Si no hay consumo, no hay producción. En otras palabra el consumidor tiene también el poder de cambiar la realidad cambiando su consumo. La misma Coca-Cola Femsa lo dice en su documento ?Sistema de Calidad Coca-Cola, Evolución II, Principios Políticas y Normas, septiembre de 1999?: “Mediante el perfeccionamiento de nuestros sistema, continuaremos reduciendo estos costos. Haciendo eso incrementaremos la satisfacción de nuestros consumidores, lo cual es vital para incrementar nuestras ventas”.
Chiapas es uno de los estados mexicanos que más consume refrescos y al mismo tiempo está en los primeros lugares, junto con Oaxaca y Guerrero, de mayor pobreza y desnutrición. Pero difícil será encontrar las alternativas si el refresco sigue al alcance de la mano y nos anestesia a pensar otras posibilidades. En algunas comunidades han lanzado la prohibición de la Coca-Cola y han recuperado el consumo del pozol, bebida hecha a base de maíz, lo que impactará favorablemente en su producción, consumo y valor del maíz en las mismas comunidades. Por otro lado, para un persona urbana o citadina que ha asumido el boicot le ha implicado acudir al mercado a comprar limones, papaya, sandía, naranjas y otras frutas que provienen de las comunidades y que antes no consumía, para poder darle sabor al agua que toma diariamente con sus alimentos y sustituir la Coca-Cola. Esto de alguna manera permite recuperar la producción indígena y campesina, darle valor a sus productos y hacerlos circular.
Pero la población urbana nos encontramos con otro obstáculo: el consumo en las mega tiendas. Este es el caso de los supermercados como Sam´s Club, Chedraui, Gigante, entre otras muchas que poco a poco se adueña Wal-Mart. Así llegó la tienda Chedraui a San Cristóbal de Las Casas en este año. En su inauguración la mayoría de la población salió corriendo a comprar a la tienda atiborrada de clientes. Mientras, los indígenas y campesinos del mercado esperaban a sus compradores habituales. Para algunos “auténticos coletos” (el ladino “originario” del lugar) llenos de discriminación y desprecio por los indígenas (que de ellos viven porque el turismo viene a verlos a ellos, no a los coletos), se llenaron de júbilo porque ya no tendrán que ir al “mercado indígena lleno de lodo”.