Bolivia impulsa reforma Constitución para que acceso al agua sea un derecho
29 agosto 2008
Zaragoza (España), 29 ago (EFE).- El Gobierno de Bolivia impulsa una reforma constitucional "profunda" cuyo pilar básico será la declaración del acceso al agua como un derecho humano, en un país en el que más de dos millones y medio de personas no disponen de agua potable y más de cinco no tienen acceso al saneamiento.
Así lo expresó hoy el ministro del Agua de Bolivia, René Gonzalo Orellana, quien presidió en la Exposición Internacional de Zaragoza los actos oficiales del Día Nacional de su país, con 1,1 millones de kilómetros cuadrados, diez millones de habitantes y una enorme riqueza natural.
Orellana insistió en que su país hace esfuerzos muy importantes para solucionar el problema del acceso al agua de su población, lo que supone un "reto enorme" en cuanto a inversiones.
La declaración del acceso al agua como un derecho humano y universal es un primer paso ya que, según el ministro, "no puede ser" que las personas no tengan acceso a los servicios de agua potable porque éstos estén "mediatizados" por criterios comerciales, empresariales o económicos antes que por criterios humanos y sociales.
Por eso, dijo, es "indispensable" que exista un marco constitucional que siente las bases del acceso al agua como un derecho "de la vida".
La actual Ley de Aguas de Bolivia data de un decreto de 1874 que tiene párrafos idénticos a la ley española de 1850.
Y ahora es necesario, aseguró el ministro de Agua, renovarse en este sentido y cambiar "profundamente" una legislación que no ha mirado hacia dentro del país, hacia su realidad cultural.
En Bolivia el agua "es cultura", pero es "muchas culturas", y en su uso está "preñada de una intensa creatividad cultural indígena autóctona".
Gonzalo Orellana precisó que son estas culturas del agua las que el Gobierno boliviano se ha propuesto como reto recuperar e incluir en la Constitución promoviendo una gestión sostenible y participativa.
El ministro también se refirió al reciente referendo promovido por el Gobierno del presidente Evo Morales en el que se preguntó a los bolivianos su disposición a que continuaran las políticas de cambio y en el que el 67,4 por ciento de la población contestó afirmativamente.
Los datos demuestran, a su juicio, que los bolivianos quieren que se reconozca la multiplicidad y la diversidad cultural, étnica y social de un país que tiene "el sello de la diversidad".
Por su parte, el comisario de la Expo, Emilio Fernández Castaño, alabó la creación en Bolivia de un Ministerio específicamente dedicado al agua, entre cuyos objetivos está que el acceso al agua sea solidario, equitativo y universal, y se haga en el marco del respeto a las formas tradicionales de las poblaciones y comunidades indígenas y campesinas.
Bolivia -dijo- tiene una política medioambiental que se apoya en el impulso del papel del Estado, la participación de las comunidades indígenas en los beneficios que se generan, el desarrollo del biocomercio y el cumplimiento de las disposiciones del protocolo de Kioto.
El país afronta el desafío de hacer compatible la protección de su "megadiversidad" con el desarrollo de actividades económicas de gran potencial como la minería o la explotación forestal, aseguró Fernández Castaño. EFE