Limpian acuífero con catalizador natural

22 octubre 2008 Agua

 

El tratar efluentes de la industria textil, farmacéutica, química o petroquímica, es un verdadero reto, afirma especialista

Grupo Reforma

Ciudad de México  (22 octubre 2008).-   Investigadores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICyT), encabezados por Francisco Javier Cervantes Carrillo, estudian la aplicación de catalizadores presentes en sustancias naturales como el humus y el té, para acelerar la biodegradación o biotransformación de contaminantes recalcitrantes presentes en el agua.

Los contaminantes recalcitrantes son aquellos que por tener una estructura muy estable químicamente, se resisten al ataque de los microorganismos o de cualquier mecanismo de degradación sea biológico o químico, dijo el investigador en un comunicado de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Indicó que el tratar efluentes de la industria textil, farmacéutica, química o petroquímica, es un verdadero reto, pues se requieren nuevas tecnologías para degradar sus contaminantes.

Francisco Javier Cervantes, quien por su trayectoria y su trabajo innovador ganó el Premio de Investigación 2008 de la AMC en el área de Ingeniería y Tecnología, detalló que los catalizadores mencionados son muy versátiles ya que intervienen en la conversión de una amplia gama de contaminantes como hidrocarburos, compuestos fenólicos, solventes halogenados, colorantes aso y compuestos aromáticos.

De acuerdo con el biotecnólogo ambiental, para tratar las aguas contaminadas con estos compuestos recalcitrantes, las bacterias son las que en realidad transforman esos contaminantes y el catalizador lo único que hace es ayudar a esas bacterias a que el proceso sea más rápido.

Precisó que las bacterias durante su metabolismo, es decir, durante su proceso de descomposición de los contaminantes, generan un flujo de electrones y lo que hace el catalizador es acelerar esa transferencia de electrones en el metabolismo de las bacterias. Es entonces que los electrones van a ser transferidos a los contaminantes para destruirlos y convertirlos en moléculas más simples e inocuas.

Sobre las aplicaciones tecnológicas de estos hallazgos, el investigador del IPICyT aseguró que el degradar los contaminantes con mayor rapidez, implica que si alguien quiere instalar una planta de tratamiento, esa planta será más compacta y, por lo tanto, no va a requerir de grandes extensiones de terreno para instalar los sistemas de tratamiento.

Cervantes Carrillo señaló que en el caso de la industria textil, eliminar los colorantes del agua requiere de varios sistemas de tratamiento que tardan entre 3 y 4 días; en cambio, en los sistemas donde se han aplicado los catalizadores descubiertos por el grupo del IPICyT los contaminantes se reducen a etapas intermedias en espacio de unas horas.

La restauración de acuíferos contaminados es otra línea de investigación relacionada en la que los investigadores se han planteado que la inyección de sustancias húmicas, que contienen catalizadores, en sedimentos o suelos contaminados, podría fomentar la degradación de hidrocarburos y otros solventes carcinogénicos.

En relación al Premio de Investigación 2008 que le otorgó la AMC, Cervantes lo consideró un estímulo importante porque permite a los investigadores saber que avanzan en la dirección correcta y que están respondiendo a una necesidad de la sociedad.

A sus 36 años, el doctor Francisco Javier Cervantes Carrillo es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2002 y actualmente es Investigador Nacional Nivel 2; es egresado de la carrera de Ingeniero Biotecnólogo del Instituto Tecnológico de Sonora; obtuvo el grado de Maestría en Biotecnología por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa en 1998, y realizó estudios de Doctorado en Ciencias Ambientales en el Departamento de Tecnología Ambiental de la Wageningen University (Holanda) de 1999 a 2002.

Actualmente, es Profesor Titular C de la División de Ingeniería Ambiental y Manejo de Recursos Naturales del IPICyT y ha dirigido o colaborado en diversos proyectos de investigación relacionados con el tratamiento de aguas residuales de diferentes sectores (textil, metalúrgico, petroquímico, pecuario, entre otros).

Ha diseñado plantas de tratamiento de aguas residuales para diversos sectores de México y de otros países, la mayoría de las cuales han permitido reutilizar los efluentes tratados para el riego de áreas verdes, lo que ha significado, hasta la fecha, un ahorro total de agua potable de cerca de 4 millones de metros cúbicos anuales en América Latina.

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