Por toda la vida, los habitantes de la comunidad de Pueblo Nuevo en San Pablo Autopan no saben lo que es contar con agua potable en sus domicilios, por lo que cada mes gastan en promedio hasta mil pesos en comprar el líquido a las pipas para satisfacer sus necesidades.

Desde hace poco más de dos décadas, miles de familias otomíes de la zona norte de la capital mexiquense viven entre tinas, tambos y recipientes de plástico, en donde almacenan el agua potable que les surten las pipas que compran entre varios vecinos para el uso doméstico.

Para los habitantes de Pueblo Nuevo la sed es normal, pues desde hace mucho tiempo esta comunidad prácticamente se encuentra en el olvido de las autoridades municipales que prometen resolver el problema de la dotación de agua potable, sin embargo, administraciones van y vienen y la gente sigue sin recibir una sola gota del vital líquido.

En este sentido, doña María Esther García, una mujer de aproximadamente 70 años de edad, relata que en su juventud su familia no sufría el desabasto de agua, pero de unos años a la fecha simplemente les "cerraron la llave" al barrio de Pueblo Nuevo.

"Tenemos que comprar a las pipas, cuesta 500 pesos y dura una quincena, y eso cuidándola, reciclándola, la que se utiliza para lavar la ropa y los trastes se usa para el baño, para regar las plantas".

Para beber y cocinar hay que comprar agua de garrafón, y es que más de la mitad de nuestros ingresos se destinan a comprar garrafones y a las pipas, eso no puede ser, ya estamos cansados de esta situación, reiteró.

Doña María Esther García mencionó que a ciencia cierta nunca ha sabido cuál es el problema, "durante mucho tiempo se pagó el agua, pero nunca recibimos el líquido, por eso se tomó la decisión de mejor cancelar las tomas domiciliarias; de todos modos nunca nos dieron agua".

Sin embargo, este viernes, elementos de la Agencia de Seguridad Estatal de la Subdirección Valle de Toluca repartieron aproximadamente 40 mil litros de agua potable entre poco más de 4 mil familias de Pueblo Nuevo, quienes de nueva cuenta lanzaron un grito de auxilio a las autoridades municipales para que pongan fin a sus sufrimientos y les distribuyan el vital líquido, pues no quieren pasar otros 20 años con sed. (p)