Las filtraciones de agua están causando daños en viviendas de 793 habitantes de Suratá, Santander

20 mayo 2009

20 de mayo de 2009

La situación es tan crítica que las grietas que han aparecido en las calles y viviendas son tan grandes y profundas que, por sectores, parece que un fuerte temblor hubieran sacudido al pueblo.

Hace 20 años comenzaron a aparecer las enormes fisuras que, en principio, los afectados achacaron a una falla geológica que pasa cerca del pueblo agricultor y ganadero ubicado a 36 kilómetros al nororiente de Bucaramanga.

Pero, según el alcalde, José Ignacio Echeverría, hace un mes funcionarios de Ingeominas y Prevención y Atención de Desastres de Santander establecieron que el mal estado del acueducto y los riegos en plantaciones vecinas estaban generando filtraciones de agua, que originan la inestabilidad de los terrenos del municipio.

El vetusto acueducto, que aún es de cemento, conduce el agua potable a 215 viviendas, de las cuales 50 presentan un deterioro extremo. Dos familias (12 personas) debieron abandonar sus casas.

"La casa se está cayendo y todos los días le aparecen nuevas grietas. El piso se está hundieron y el techo comenzó a caerse a pedazos", dice Jaime García, de 38 años. Él fue uno de los que debió desalojar la casa en la que vivía con su mamá y sus dos hermanas.

El municipio, cuyo ajustado presupuesto anual es de 2.500 millones de pesos, requiere 1.500 millones de pesos para un nuevo alcantarillado y 1.000 millones más para construir, en las afueras, un barrio para las 50 familias que deben salir de sus casas.

"No tengo un solo peso y si el Gobierno no me ayuda para reubicar a las afectados estamos ad portas de una gran tragedia", advirtió el alcalde.

La sede de la Alcaldía fue cambiada hace 13 años debido a las filtraciones de agua que estaban socavando las bases.

Peligro constante en el colegio

En la principal institución educativa el perligro también está latente. Maria Teresa Dueñas, rectora del Colegio Integrado Camacho Carreño reveló que desde hace cuatro años se registra en la institución un progresivo deterioro de la infraestructura lo que pone en peligro la integridad de 222 personas entre estudiantes y empleados.

A pesar de que en el 2007 se invirtieron 184 millones en la estabilización del terreno donde están las baterías sanitarias, el suelo cedió de nuevo por la filtración de agua.

"El colegio hay que trasladarlo porque en el 2006 un estudio de la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), entidad ambiental, nos mostró el riesgo.Tememos cuando llueve muy seguido", dijo Dueñas.

Los daños son tan generalizados que ni la iglesia del pueblo se salva. En la cúpula del templo San Sebastián se observan pequeñas fisuras.

Los funcionarios de la Gobernación consultados indicaron que están a la espera de un nuevo estudio que está realizando la Cdmb para determinar la inversión y los trabajos que se deben ejecutar. Mientras tanto, los 793 habitante de Suratá siguen orando para que no llueva.