Ciudad Juárez: Están presas sucias y con más familias en sus cauces

21 mayo 2009

Fuente: El Diario
21 de mayo de 2009
Por Horacio Carrasco

 
Los principales diques y presas que protegen la ciudad contra las avenidas de agua de lluvia procedentes de la sierra, tienen tanta tierra acumulada en su interior que su capacidad ha disminuido hasta en 60 por ciento, además de que sigue en aumento la cantidad de familias asentadas en los cauces y vasos, mientras que otras, que nunca se retiraron del peligro, procedieron a ampliar y a hacer segundos pisos a sus viviendas.

Dichas estructuras hidráulicas presentan cientos de llantas de desecho, basureros clandestinos, grandes acumulaciones de tierra, cerros de escombro, crecimiento de hierba, animales muertos y además exhiben lomas de arena que se hicieron tiempo atrás y que nunca fueron quitadas porque, aparentemente, los trabajadores recibieron la orden de retirarse.

En general, los diques no están listos para contener las fuertes avenidas que se originan en la Sierra de Juárez y que llegan con fuerza a la mancha urbana, mismas que hace tres años provocaron cuatro muertes.

Esto sucede justo cuando los pronósticos de los meteorólogos avizoran para estas fechas las primeras precipitaciones pluviales en la región, al acercarse ya la temporada de lluvias.

LA CONQUISTA PIERDE SU CAPACIDAD

La presa Benito Juárez fue construida hace 35 años en la colonia La Conquista, con capacidad para almacenar un millón 250 mil metros cúbicos de agua del arroyo El Tapo que se forma por los escurrimientos de la parte norte de la Sierra de Juárez.

El vaso tiene tanto azolve como nunca lo había tenido, además de que en su interior existen decenas de llantas inservibles, cerros de escombro, hierba crecida, vertederos de basura y toda clase de desechos.

Hay decenas de montones de materiales de construcción y de pavimento destrozado que personal del Gobierno municipal recoge en las calles y va a tirar precisamente en ese vaso.

A pesar de que los vecinos cuentan con servicio de limpia, existe un gran basurero clandestino, con muebles inservibles y cientos de partes automotrices esparcidas en el vaso, ya que aparentemente algunos vecinos utilizan ese sitio como ‘deshuesadero’ de vehículos.

Por todo lo anterior, la profundidad de la presa, que era de 10 metros, fue reducida a unos 4 metros, lo cual significa que perdió un 60 por ciento de su capacidad y ahora puede recibir sólo unos 400 mil metros cúbicos de agua de lluvia.

La cuenca mide 390 hectáreas, de las que un grupo de priístas vendió unas 20 hectáreas en el fondo de la presa, ofreciendo terrenos en los que se construyeron decenas de casas.

Y de hecho continúa la ocupación del vaso, pues se aprecia la edificación de nuevas construcciones de block, ladrillo y cemento, así como de madera y cartón, aparte de ampliaciones de las que ya existen.

La compuerta que regulaba el agua que salía de la presa hacia un canal de desagüe fue destrozada por los pobladores, quienes además rompieron la obra para hurtar la tubería, con el fin de que el agua pase sin almacenarse y que no vaya a alcanzar sus casas construidas precisamente en el vaso.

FRONTERIZA, CON CERROS Y LLENO DE DESPERDICIOS

El ex dique Fronteriza, que fue deshabilitado y convertido en una estructura de paso del agua, se encuentra hoy tan sucio como nunca lo estuvo: hay cientos de toneladas de escombro, animales muertos, muebles inservibles, cerros de tierra, ropa tirada, pinabetes crecidos y el desagüe está tapado.

Dicha estructura hidráulica se ubica en el cruce de las calles Isla Salomón y Santiago de la colonia Fronteriza Baja, donde frenaba el agua del Arroyo de las Víboras que baja de la sierra y va a desembocar en el Monumento a la Solidaridad del bulevar Bernardo Norzagaray y de allí al río Bravo.

El dique tiene una cuenca gigantesca de 480 hectáreas, de las que unas 48 hectáreas fueron invadidas, de modo que su capacidad para contener 300 mil metros cúbicos de agua fue reducida a 250 mil por el azolve y las viviendas edificadas en su vaso.

Apenas pasando la cortina de contención, cientos de viviendas están siendo ampliadas por sus moradores, quienes construyen segundos pisos, nuevos cuartos y bardas, además de dar pintura a sus casas.

Con las lluvias del 2006, su cortina fue rebasada por el agua hasta con un metro de altura, creando una emergencia internacional porque podía reventarse y causar una gigantesca avenida que llegaría hasta El Paso.

Ahora la cortina del dique, que es una prolongación de la calle Isla Salomón, es usada por los camiones de la Ruta 3A en su recorrido que también bajan al vaso para seguir su camino.

En el 2007, la Comisión Nacional del Agua (CNA) determinó que ese dique ya no es seguro y lo dejó fuera de servicio al abrir una escotadura de 34 metros de largo que revistió de piedra y cemento.

Además hizo un “canal de llamada” a un tanque amortiguador de 16 metros de largo, con una profundidad de 4 a 2 metros, que va a generar turbulencia para reducir la fuerza y velocidad del agua de lluvia.

Por ese canal, que está flanqueado en su lado oriente por una loma que protege las viviendas vecinas de la calle Baja California, va a circular el flujo pluvial hasta el río Bravo. De acuerdo con los proyectos de la CNA, esa obra va a ser suficiente para conducir el agua porque está considerado un flujo de 35 a 54 metros cúbicos por segundo.

Estas modificaciones van a ponerse a prueba cuando se registre una precipitación pluvial fuerte, cosa que nadie sabe cuándo sucederá. La seguridad de cientos de familias y sus viviendas depende de ellas.

El panorama en la colonia es de casas reconstruidas con materiales fuertes y mucho cemento, para resistir la embestida del agua que baja de la sierra.

El proyecto de reubicar familias en otros puntos de la ciudad y demoler las viviendas que tienen allí, simplemente fue dejado de lado por las autoridades.

LA TRITURADORA, CON LOMAS DE TIERRA

En la colonia Vista Hermosa, justo en la esquina de las calles Asfalto y Caliche, se halla el dique La Trituradora que regula el agua pluvial que baja de la Sierra de Juárez por el arroyo El Indio, uno de los más grandes de la ciudad.

Allí se encontraron los cuerpos de tres personas ahogadas, al ser arrastradas por una fuerte avenida durante la tromba del 6 de julio de 2006.

A sus 33 años de vida, esta cuenca de 121 hectáreas ha tenido una invasión del 5 por ciento de su extensión, y de sus 12 metros de profundidad ya sólo quedan 9.

Se le llama Trituradora porque se encuentra en terrenos de la empresa trituradora Piedras de la Frontera de los Hermanos Escalante.

En una visita realizada ayer se apreció que tiene cerros de tierra que nunca fueron retirados, sino abandonados allí, con decenas de llantas inservibles, colchones, muebles, escombro, basura y toda clase de desechos.

En 2007 se puso un nuevo sistema de desfogue tipo alcantarilla a este dique, que ahora cuenta con un vertedor ampliado que debe arrojar el flujo bajo un puente de calle Tezontle.

A partir de allí se realizaron las obras de encauzamiento del Arroyo del Indio, como parte de un proyecto del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) que llevó a cabo la Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac).

Sin embargo, en un tramo de unos 200 metros entre la cortina del dique y la calle Tezontle, el canal se encuentra repleto de lomas de tierra, piedras, maleza, tubería abandonada y basura.

En caso de una precipitación fuerte, estos materiales podrían obstruir el flujo bajo el puente y causar inundaciones, en perjuicio de algunas viviendas vecinas y de las obras recién realizadas.

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