Hace 25 años en el municipio de Puebla se encontraba agua a unos 10 o 15 metros de profundidad; actualmente es necesario excavar hasta 150 metros para encontrarla, es decir, 10 veces más. Lo anterior muestra el grado de agotamiento de los mantos freáticos en el municipio de Puebla, dijo el investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Lorenzo Pérez Arenas.

En entrevista con La Jornada de Oriente, explicó que el agua que utilizan los habitantes de la capital es traída de otras comunidades como San Buenaventura Nealtican, Santa María Acuexcomac –del municipio de San Pedro Cholula–, San Francisco Ocotlán –que pertenece al municipio de Coronango– y San Lorenzo Almecatla –de Cuautlancingo–, lo cual está ocasionando conflictos con los pobladores de estos lugares.

Indicó que debido a que existe un déficit de 2 mil 900 metros cúbicos de agua al día en el municipio poblano, el gobierno del estado busca la construcción de más pozos en las comunidades cercanas a la ciudad; sin embargo, seguirá habiendo problemas con el abastecimiento si no existe una legislación local que obligue a los centros comerciales, unidades habitacionales y escuelas a crear una infraestructura que almacene el agua pluvial y pueda ser utilizada por las personas.

El académico de la UAP recordó que existen 185 pozos de agua en el municipio de Puebla registrados ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero no descartó que existan otros más que sean clandestinos. Agregó que las empresas son las que más han perforado pozos, en detrimento de los mantos freáticos de la ciudad. “Generalmente, los perforan, y luego mediante corrupción los registran ante Conagua, en perjuicio de los habitantes”.

La iniciativa de ley sería sobre el aprovechamiento del agua de lluvia para recargar los mantos acuíferos de Puebla. Asimismo, se tendrían que modificar las leyes de Obras Públicas y Desarrollo Urbano Sustentable del estado, así como el Código Reglamentario Municipal, para que se obligue a las empresas a utilizar el agua pluvial.

Pérez Arenas dijo que, con esta nueva medida, la capital poblana sería autosuficiente de este líquido en unos 15 años, por lo que ya no se traería el agua de las comunidades vecinas. “Las próximas luchas sociales van a ser por la tierra y el agua, porque son recursos naturales que se están acabando y el problema es que sin los mismos, los seres humanos no podrán sobrevivir”.

La inversión de las empresas para construir la infraestructura que acumule el agua de lluvia –que es una especie de cisterna con filtros y los canales que llevan el líquido a dicha cisterna– es de 130 mil pesos.

El también presidente de la asociación de Arquitectos Ecologistas de Puebla dijo que pese a que existen varias plantas de tratamiento de aguas residuales en el municipio poblano, la mayoría no funcionan.

Aseguró que de no legislar en la materia, en pocos años se acabaría el agua de las comunidades vecinas que utiliza la ciudad para abastecerse. “En el municipio de Puebla de plano ya no hay agua, ya no se puede perforar ni un pozo más, si se perfora se corre el riesgo de mezclar el agua dulce con la de azufre y en unos años más también se terminaría el agua que proviene de las localidades cercanas”.

Concluyó que presentará su iniciativa a las organizaciones que defienden la tierra y agua en Puebla, con el fin de que la impulsen, porque “sólo con el aprovechamiento del agua pluvial se podrá ayudar a recargar los mantos acuíferos de la zona, ya que el reforestar árboles ayuda, pero tarda 25 años en dar resultados y para almacenar y utilizar el agua pluvial sólo se necesita la infraestructura y 24 horas”.