Los culpables de Angangueo

11 marzo 2010

11 de marzo de 2010

Fuente: El Siglo de Torreón

Por Rafael Álvarez Cordero

Angangueo era un villorrio enclavado en los maravillosos bosques de oyamel, que se convirtió en un pueblo lleno de gambusinos cuando en 1792 se descubrieron oro, plata y cobre; por dos siglos creció a la sombra de las minas, hasta que un accidente en 1953 hizo cerrar la empresa American Smelting Co, y quedó como una pintoresca ciudad cercana a la zona de la mariposa Monarca.

Y ahora, cuando una avalancha destruyó gran parte del pueblo, cuando torrentes de agua, lodo, troncos de árboles cruzaron el pueblo arrasando todo a su paso, nos preguntamos qué pasó, quiénes son los culpables.

Hace unos días el presidente Calderón visitó Angangueo, y los habitantes le dijeron con todas sus letras quiénes son los culpables, -usted y yo lo sabemos también-, y exigieron por enésima vez que se haga justicia y que se encarcele a quienes permitieron esta desgracia.

No, las lluvias no fueron las culpables del desastre, desde siempre hay lluvias, que bajan por los cerros entre los bosques; los primeros culpables, desde hace decenios, son los talamontes que han diezmado la población de árboles, dejando la tierra floja sin el soporte necesario; administraciones van y administraciones vienen, los discursos son tan huecos como los resultados, las quejas de los habitantes de Angangueo son ignoradas, y los talamontes, solapados por las autoridades del lugar, son peores que los narcos, nadie se atreve a adentrarse al bosque para detenerlos, y sacan la madera a ciencia y paciencia de los presidentes municipales.

Culpables del desastre son también la Profepa, que ha sido omisa para proteger al ambiente; no hizo nada en esa zona, se acumularon toneladas de madera que formaron micropresas que guardaron agua hasta que se vencieron, se desgajó el monte y se formaron los torrentes asesinos.

Culpable también es la Semarnat, organismo inútil que no ha hecho nada al respecto ni ahí ni en todo el territorio nacional; los funcionarios del programa “Pro-Árbol” también son culpables, los legisladores les asignaron hace tres años seis mil millones de pesos y no se sabe en qué se han gastado, ciertamente no en proteger los bosques de Angangueo.

México tiene el primer lugar en desforestación, se pierde más de un millón de hectáreas anuales (el equivalente a Tlaxcala) y nadie hace algo.

Ahí en Angangueo, el alcalde, Alfredo Olmos, protege a los talamontes, amenaza a los lugareños que se quejan, desvió el cauce del río para favorecer la vivienda de uno de sus hijos, y no ha hecho nada; ahí están las denuncias que hicieron personalmente al presidente Calderón, y ahí están unos videos tomados por los lugareños que muestran, días después de la tragedia, los camiones cargados de madera, que impunemente salen de la región y toman la carretera a Maravatío y pueden verse en youtube.user/eliclon#p/a/u/1/LuW-x.Tz.HopU

Esos son los culpables: los talamontes, los funcionarios corruptos, Semarnat, Profepa, el programa Pro-Árbol, y los funcionarios del más alto nivel que por años han ignorado el crimen que se comete contra la naturaleza.

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El crecimiento de las ciudades sin planificación modifica por completo el ciclo del agua.  ¿Cómo podemos incorporar el agua en las dinámicas de la ciudad?  ¿Conoces a las ciudades esponja?   ¿Qué sabes sobre el tema?

¡Pon a prueba tus conocimientos en este tema! ¡Y diviértete!

 Ir a la trivia