Trabajar para un futuro sustentable

23 marzo 2010
22 de marzo de 2010
Fuente: El Universal
Por Vidal Garza

De acuerdo con el Consejo Mundial del Agua (World Water Council), suman 77 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe sin acceso a agua segura, potable, de los cuales, 51 millones viven en áreas rurales y 26 millones en urbanas. Asimismo 100 millones carecen de servicios sanitarios adecuados y 256 millones sobreviven con letrinas y fosas sépticas; y menos de 14% del agua residual es tratada en plantas de saneamiento en América Latina.

La segunda causa de mortalidad infantil en la región es producto de enfermedades gastrointestinales, ya que cada año mueren 38 mil niños menores de 5 años a causa de estas enfermedades, todas fácilmente prevenibles con acceso a agua limpia.

Acciones como contar con sistemas de administración ambiental, certificaciones, plantas de tratamiento de agua residual antes de ser vertida al alcantarillado, detección de fugas, recuperación y reutilización de agua permiten ahorro, pero debemos recordar que una de las metas del Milenio de la ONU es garantizar en 2015 fuentes de abastecimiento de agua potable, y para lograrlo, será imperativo que gobierno, iniciativa privada, academia y sociedad actúen organizada y coordinadamente para maximizar el uso inteligente de los recursos hídricos.

Una clave serán los sistemas de conocimiento, es decir, centros que impulsen la innovación científica y tecnológica, orientada a aportar conocimiento a la sustentabilidad y calidad de vida de las comunidades, basados en un uso inteligente del agua. Políticas públicas, de planeación integrada regional, mecanismos de inversión, entre otros aspectos.

Bajo esta perspectiva, nació el Centro del Agua para América Latina y el Caribe, donde participan el Banco Interamericano de Desarrollo, el Tecnológico de Monterrey y la Fundación FEMSA, con presencia en toda la región, e integrado por una red de especialistas: médica, biomédica, ingeniería, economía, administración, política pública, etc.

Uno de los principales proyectos es “Nuestras Cuencas”, en México, que iniciará con la elaboración de un diagnóstico actual y preciso de las necesidades para cada una de las cuencas del país. El objetivo es identificar las áreas de oportunidad que contribuyan a la conservación y uso sustentable del agua.

Sabemos que de la Cuenca de Texcoco se extrae ocho veces más del agua que es posible recargar de manera natural. El desequilibrio y las consecuencias a largo plazo tendrán impacto para la comunidad y el medio ambiente, pero es posible llevar a cabo diversas acciones que frenen este desequilibrio.

Hemos sido testigos de que con la coordinación entre autoridades, ambientalistas, organizaciones civiles y sector privado es posible generar cambios valiosos para el ecosistema, como en la Cuenca Valle de Bravo-Amanalco, que en 600 km2 se produce agua que abastece a 2 millones de habitantes del centro del país a través del Sistema Cutzamala.

Ante los problemas de deforestación, se instituyó Fondo Pro Cuenca, que trabajó con las 10 mil familias de la zona, así como diversos organismos y la propia fundación, para desarrollar tecnologías alternativas para que las familias puedan construir sanitarios ecológicos secos, cosecha de agua, piletas de lavado, estufas ecológicas y hortalizas de traspatio.

Este proyecto fue el único latinoamericano seleccionado para obtener el Premio Kyoto, uno de los más importantes, otorgado por el Foro Mundial del Agua que se celebró el año pasado en Estambul.

Ante la relevancia que ha tenido el Centro del Agua se buscó replicar esta plataforma de conocimiento, por lo que en enero de este año, se puso en marcha junto con la Universidad de Costa Rica, el Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe, HIDROCEC, que se enfocará al mejoramiento y tratamiento del agua de Centroamérica.

Adicionalmente, con el objetivo de reconocer el trabajo de autoridades y operadores de agua en la región, FEMSA y el Banco Interamericano de Desarrollo crearon conjuntamente el Premio del Agua y Saneamiento para América Latina y el Caribe, que reconoce tres categorías: gestión del agua, gestión del saneamiento y gestión de residuos sólidos.

El agua no conoce fronteras. Tampoco el conocimiento o el trabajo conjunto y uniendo esfuerzos lograremos un mejor uso, reúso y aprovechamiento de los recursos hídricos por el futuro de todos.

Director de la Fundación FEMSA

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