Bilbao. Los índices actuales de consumo de agua en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, por debajo de los 120 litros por persona y día, se sitúan en la media europea. Hace ocho años, por contra, los ciudadanos vascos despilfarraban en sus variadas y necesarias ocupaciones domésticas alrededor de ciento ochenta litros, una cifra que se duplicaba en los usos industriales: comercios, hospitales, instituciones, talleres, polideportivos, etc. Una peluquería, por ejemplo, supone un consumo cercano a los trescientos litros de agua.

La iniciativa conjunta de instituciones y de miles de urbanitas concienciados con la escasez del líquido elemento ha permitido moderar los dispendios ocasionados durante años por errores humanos: grifos abiertos durante cometidos habituales y fugas en la inmensa red de tuberías, básicamente. De ahí las insistentes campañas para ahorrar en el consumo de agua y, sobre todo las persistentes obras que obligan a cortar el suministro para sanear el estado de los conductos que habitan y palpitan bajo tierra.

Afortunadamente, tal y como reconocen desde el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB), el escenario ha cambiado para bien en los últimos años. Además, la sequía que sufrió la geografía vasca hace tres años fue un punto sustancial en el importante crecimiento de esa moralidad ecológica. Fuentes del citado organismo recordaban que en aquel ejercicio, y gracias a la colaboración de los vecinos de pueblos y ciudades fue posible ahorrar unos cuatro mil millones de litros, “unas mil seiscientas piscinas olímpicas”, describían.

En cualquier caso, los datos ofrecidos por las autoridades constatan ese importante descenso en los consumos domésticos desde el año 2002 hasta hoy en día, pasando de 174 litros por persona y día a los 115 del presente. “Desde el Consorcio de Aguas [entidad pública encargada de los servicios de abastecimiento y saneamiento a 72 municipios vizcainos] hemos centrado nuestros esfuerzos en sensibilizar a la población de la necesidad de hacer un uso razonable del agua, haciendo especial hincapié en la importancia fundamental de no desperdiciarla ni contaminarla”, explicaban fuentes del CABB.

El caso de Bizkaia es equiparable a los de los otros dos Territorios Históricos que conforman la Comunidad Autónoma Vasca. En tierras alavesas, el índice de consumo diario facilitado es de 112 litros por persona; y entre los guipuzcoanos, las cifras son similares a las reveladas por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia.

Los eco-reductores, un 40% A este organismo, que ofrece fluida cobertura al 90% de la población del herrialde, corresponde buena parte del éxito de esta particular carrera de fondo por tener bajo control los gastos irresponsables de agua en los hogares. La distribución a los ayuntamientos de los eco-reductores (que permiten reducir los flujos en el grifo o en la cebolleta de la ducha en un 40%) ha sido fundamental para conseguir reconducir los consumos desenfrenados de agua apta para el consumo humano, un bien cada vez más escaso en todo el planeta. De hecho, según datos de Naciones Unidas, el 97% del agua del mundo es salada, el 2% helada y sólo el 1% es para el consumo.

“Entre todos podemos conservar el que es sin duda el mayor tesoro del planeta azul“, ensalzaban fuentes del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. Eso sí, insisten, la responsabilidad debería aumentar en el llamado Primer Mundo y en el numerosísimo universo asistencial. Un ejemplo es Caritas, que ya se ha puesto en contacto con los técnicos del Consorcio de Aguas para instalar esos dispositivos en todos sus pisos de acogida, alrededor de unos cuatrocientos.

Esta sensibilización de la población sobre el uso sostenible de un recurso tan escaso es, desde hace años uno de los caballos de batalla de Naciones Unidas. En la esfera más cercana es posible mejorar aún más, los ratios de consumo doméstico e industrial. Los estudios que manejan en el CABB demuestran que una utilización adecuada del agua permitiría ahorrar hasta un centenar de litros por persona y día. “Con el agua que se gasta en un baño tendrías suficiente para ducharte hasta tres veces. No utilices el wc como papelera, con cada descarga de la cisterna estás derrochando hasta diez litros de agua”, pormenorizan fuentes del Consorcio, la mitad si se emplea el doble dispensador con que cuentan los modelos más nuevos existentes en el mercado.

En cualquier caso, desde el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia confirman el incesante goteo de pasos sin vuelta atrás que la población vasca y sus instituciones han protagonizado en los últimos tiempos para lograr reducir su particular demanda de agua. “Podemos desarrollar nuestra vida con normalidad utilizando menos agua. Sólo la que realmente necesitamos”. En función de los datos de esta entidad pública, y según estadísticas anteriores al año 2009, en poco menos de diez años ha sido posible reducir el consumo global “un 26%, por debajo de lo que estaba en el año 1989”, destacaban.

Ayer, durante el discurso de clausura de las jornadas de expertos celebradas en Nairobi con motivo del Día del Agua, el futuro del planeta habló por boca de un pequeño de 13 años, Trevor Gitonga, quien enmudeció a los asistentes cuando afirmó que “si el consumo de agua continúa creciendo, dos de cada tres personas no tendrá agua. Más de la mitad de la población del mundo sufrirá”.

Más embalses no Ayer, Día Mundial del Agua, la plataforma Ekologistak Martxan reclamó al Gobierno López que no apueste por la construcción de nuevos embalses como el de Korosparri “y sí por una correcta gestión del recurso”. Los integrantes de esta plataforma advirtieron de que la construcción de embalses y canales de derivación, así como canalizaciones y dragados, son actuaciones “que deterioran gravemente la salud de los ecosistemas fluviales”.

Y es que, según agregaron los integrantes de este colectivo ecologista para rechazar la ejecución de nuevas infraestructuras para el almacenamiento masivo de agua (cuya construcción se fundamenta en la escasez de la misma) “el agua es la que es, y está donde tiene que estar, porque es el resultado de una serie de equilibrios biológicos que no se deben romper más allá de un determinado nivel”. Por tanto, subrayaron, “los problemas del agua no son de escasez, sino de gestión”, incidiendo en la idea de intensificar las políticas activas y las dinámicas populares de sensibilización sobre los consumos de agua.

Desde otras plataformas sociales como Ecologistas en Acción, su portavoz Erica González, incidió en que “a nivel mundial” uno de los “principales” problemas que ya existen es tanto la irregularidad en la distribución como la escasez, que además “se van agravando más a medida que avanza el cambio climático”. En ese sentido, alertó de que debido, precisamente a la falta de distribución del recurso ya se están produciendo conflictos y guerras del agua que pronosticó aumentarán en los próximos años. Además, apuntó a la negligente gestión del agua y a los intentos de “someter” este recurso a las leyes del mercado proponiendo la privatización del agua.