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China y UE refuerzan cooperación en tecnología espacial para monitorizar cambio climático

12 de julio de 2010
Fuente: CRI

En una conferencia con el lema de “Abrazar el Espacio”, celebrada en el Pabellón de la UE de la Exposición Universal de Shanghai, Reinhard Schulte Braucks, director de la unidad de Desarrollo e Investigación Espacial, de la Comisión Europea, manifestó que la contaminación del aire es un problema común al que se enfrenta todo el mundo, y añadió que China y la UE deben intensificar su cooperación y acciones con el propósito de mejorar la monitorización de la calidad del aire.

Actualmente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China y la Agencia Espacial de Europa están llevando a cabo un programa de cooperación llamado Dragoness, el mayor proyecto de cooperación internacional de China en el campo de observación de la Tierra.

El proyecto abarca una investigación científica conjunta, intercambio de datos, formación tecnológica y un intercambio de expertos.

Braucks señaló que China cuenta con muchos recursos que UE no posee. China ha enviado varios satélites al espacio que pueden proporcionar una gran cantidad de datos relevantes. Además, añadió, los científicos chinos y europeos serán capaces de compartir sus conocimientos complementarios sobre el espacio y la tecnología.

Zhang Peng, investigador del Centro Nacional de Meteorología Satelital de la Administración Meteorológica de China, afirmó que “dentro del marco de Dragoness, los científicos de ambas partes combinarán los datos obtenidos vía satélite para vigilar el clima y ofrecer asesoramiento a los departamentos de protección ambiental.”

“Esta investigación ayudará a evaluar los cambios en el proceso de gases de efecto invernadero a largo plazo”, agregó Zhang.

Gao Zhihai, especialista del Instituto de Información de Recursos de la Academia China de Ciencias Forestales, manifestó que la cooperación sino-europea jugará un importante papel en la vigilancia de catástrofes naturales.

“Tras dos devastadores terremotos, ocurridos en la localidad de Wenchuan, en la provincia suroccidental china de Sichuan en 2008, y en Yushu, en la provincia noroccidental de Qinghai en 2010, la UE facilitó a China datos relevantes, con los que contribuyó a las labores de rescate y reconstrucción”, aseguró Gao. Este también expresó su esperanza de que en el futuro, ambas partes intensifiquen su intercambio y aplicación de los datos resultantes de las investigaciones espaciales para mejorar la vigilancia y la evaluación de los temblores terrestres, las inundaciones y otros desastres naturales.

Piao Shilong, profesor de la Universidad de Peking, dijo que el centro y la UE lanzaron en abril de este año un proyecto conjunto destinado al estudio de fuentes de carbono y sumideros de carbono en China.

Un sumidero de carbono es un ecosistema capaz de absorber más CO2 del que emite a la atmósfera. Los bosques y el suelo pueden convertirse en sumideros. “Este proyecto de tres años de duración le concede importancia al control de las emisiones contaminantes, especialmente a las de dióxido de carbono, y al control de los efectos negativos de las actividades humanas en el cambio climático global”, indicó Piao.

“A través de este proyecto, China podrá obtener una clara imagen de su presupuesto de carbono en el ecosistema terrestre”, precisó Piao.

Los sumideros de carbono de China no son menos en número que en Europa. Entre un 28 y 37 por ciento de las emisiones de carbono industriales pueden ser contrarrestadas, lo que representa un nivel similar al de los Estados Unidos”, aseguró Piao.

Los resultados de la investigación conjunta sino-europea responderán a la pregunta de cómo los gases de efecto invernadero pueden ser absorbidos por el ecosistema terrestre en China. La investigación también ofrecerá una base científica para la elaboración de políticas respecto al control de las emisiones”, concluyó Piao.