Sí se logra el desarrollo en las peores condiciones, Garciadiego

10 diciembre 2010

“Nos parece indignante condenar a toda una región al asistencialismo, negarle a toda una región, a priori, su capacidad de hacerse cargo de su vida y su desarrollo”

9 de diciembre de 2010

Fuente: Milenio Puebla

Por Jorge Machuca

foto: Especial

Hace un mes, Alternativas y Proyectos de Participación Social con su proyecto Agua para siempre, que busca la seguridad hídrica en la zona mixteca, se coronó en el certamen Iniciativa México e hizo que el país volteara a hablar de la pobreza en Puebla y de cómo es posible abatirla con estrategias muy diferentes a las gubernamentales.

Raúl Hernández Garciadiego, director de esa asociación y estratega del proyecto, consideró que la pobreza en México es producto de cinco causas: el despojo de tierras; el centralismo y la burocracia productos de las políticas públicas asistencialistas; un sistema de comercio desigual; el alcoholismo consuetudinario; la incomunicación y la venta de productos básicos al doble de precio en comunidades alejadas.

Si la región mixteca popoloca que abarca Puebla, Oaxaca, Guerrero y una fracción de Morelos se convirtiera en estado, sería el más pobre de México, dijo categórico el Doctor Honoris Causa de la Universidad Iberoamericana, quien concedió una entrevista a Milenio Puebla en su oficina de Tehuacán.

“Nuestra apuesta de vida fue ver si un grupo de profesionistas con preparación académica y entusiasmo seríamos capaces de lograr un desarrollo en las peores condiciones: escasez y deterioro de recursos naturales, recursos económicos mínimos y escolaridad muy baja; incluso las autoridades decían que ésta no era una zona sujeta de desarrollo, sino de asistencia.

“A mi esposa Gisela (Herrerías Guerra) y a mí nos parece indignante condenar a toda una región al asistencialismo, negarle a toda una región, a priori, su capacidad de hacerse cargo de su vida y su desarrollo. Eso es inhumano, porque no le acercas a esa población recursos para desarrollarse, sino meramente se les hace llegar recursos para su supervivencia mínima, y eso nos parecía necesario demostrar que es una equivocación el condenar a una parte de la población, por marginada y por poca escolaridad que tenga, a ser sujeto de asistencia permanente; darle un cheque hasta que mueran. Eso es casi genocida, ésa es la negación del desarrollo y la ideología dominante plasmada desde el Programa Nacional de Solidaridad hasta Oportunidades, que buscan darle un ingreso para tener una supervivencia mínima, pero no para una vida digna.

“Entramos en esta región con esa apuesta de vida: vamos a ver si se puede o no refutar en esta región esa visión neoliberal y economicista.”

Sí se pudo

Después del reconocimiento de Iniciativa México dado el 7 de noviembre pasado, “nos queda la sensación de que sí se pudo y además que México se entusiasmó con esto; para nosotros fue muy emocionante el sentir que todo un país se entusiasmó con las acciones realizadas a lo largo de tres décadas para regenerar la naturaleza, tener más agua, suelos enriquecidos, desarrollar el cultivo del amaranto, que los niños tengan proteína y hierro en sus alimentos, igual que las mujeres embarazadas. Que la gente se entusiasmara con un grupo cooperativo para sembrar y trabajar, y que este grupo fuera capaz de generar empleos formales, con seguridad social y pagando precio justo por las cosechas, y salir a competir al mercado nacional con los alimentos de amaranto Quali, al tú por tú con las grandes trasnacionales y las macroempresas de alimentos que hay en México y ver que todo va bien, es una doble satisfacción.

“Al ver ese trabajo, todo el mundo se contagió de optimismo y esperanza razonable de mejorar al país, si toda la gente nos comprometiéramos por igual para solucionar los problemas básicos que estamos enfrentando en cada región y los que mantienen en la pobreza a la población.

“El contagio de esperanza lo empezamos a sentir desde que mandábamos mensajes de correo electrónico para pedir apoyo, para informar qué estamos haciendo a las redes de contactos que hemos establecido en 30 años.

“Este premio es para los indígenas y campesinos que se han organizado, que han trabajado, que aun con sus condiciones tan difíciles no se han echado para abajo, sino que año con año se ve una actitud de superación. Los promotores que vienen de los pueblos se sintieron reconocidos, que su trabajo valió la pena, que ha sido reconocido y eso no se paga con nada. La gente más humilde se sintió reconocida y premiada en Iniciativa México, y eso es muy bonito.”

Génesis de la pobreza

Para usted, ¿cuál es el origen de la pobreza en México y en esta zona al término de la primera década del siglo XXI? Usted mencionaba lo ocurrido con el asistencialismo, ¿eso fomenta la pobreza?

En el caso concreto de los pueblos indígenas, el origen fue el despojo de sus tierras, de sus formas de organización social y la negación de su cultura. De todo lo que eran buenas tierras que ya estaban bien trabajadas fueron despojados, empujados a refugiarse en las montañas; por eso, si se ven los mapas de la pobreza en México, son las zonas indígenas que han sobrevivido en las montañas quienes tienen mayor índice de pobreza y marginación (…) como origen veo ese despojo, pero en las políticas públicas, si se revisara la historia económica de México, siempre se ha apostado a los sectores con mayor posibilidad de desarrollo en el corto plazo, ya sea por el petróleo, la minería, el turismo. Siempre se apuesta a quien tiene más recursos a su alcance, para que con esa inversión gubernamental se logre hacer un detonador de la pobreza y un polo de desarrollo. En esa visión economicista han quedado excluidos todos estos pueblos, precisamente porque están marginados y en situación más difícil. En la lógica de los políticos, el dinero que se invierte en esos pueblos, en esas montañas, no rinde.

Y no rinde electoralmente…

Exactamente, y no rinde porque dicen: cuánta carretera tengo que hacer para comunicarlos, llevar hasta allá escuelas, hospitales, electricidad, teléfono. Todavía no tenemos teléfono en los pueblos donde trabajamos, mientras que otras personas de clase media no podríamos vivir no sólo sin teléfono, sino sin internet; nos sentiríamos perdidos. El no acercarles los servicios de comunicación como caminos, teléfono e internet sigue siendo una política que agrava su marginación y se va haciendo más grave la brecha de la pobreza entre quienes tienen acceso a la información y quienes no lo tienen. Al despojo se le suma el descuido y el abandono de 500 años en que los gobiernos esperaban en las capitales a que llegara la gente a consumir, pero nunca había el acto de ética política de ir adonde están esos pueblos y ver qué se les puede dar para enfrentar esos problemas. Ésa es la segunda causa de la pobreza, y la tercera es el comercio en condiciones de desigualdad: la gente produce invirtiendo su trabajo, sus tierras, recursos naturales para tener un producto agropecuario o artesanal, pero baja a comerciar y en las ciudades el campesino y el indígena no tienen capacidad de negociación, pero simplemente les dicen que sólo dan un precio. El verse obligados a entregar el producto de su trabajo por un precio que no cubre los costos de la producción de esos bienes, esta capacidad de regatear hasta hacer que el otro se baje hasta el precio mínimo, es lo que sigue agravando las condiciones de pobreza de los pueblos.

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