“Existe la inquietud de parte de varios vecinos sobre la situación administrativa de ese fraccionamiento. Al respecto, en el SOAPAMA no tenemos hasta el momento conocimiento de esa obra. Es decir, los propietarios o los representantes todavía no acuden a la oficina a solicitar el servicio potable de ese líquido y el drenaje”.

Agregó: “sabemos que la única instancia autorizada para otorgar el cambio de uso de suelo y construir viviendas es el gobierno municipal a través de la dirección de Desarrollo Urbano y Ecología. En consecuencia, todos los fraccionadores tienen que hacer primero eso: ‘checar’ precisamente el uso de suelo”.

Y es que en el sistema operador, señaló Sandre, no entregan ningún tipo de factibilidad para el servicio de agua potable en caso de no poner sobre la mesa ese documento (permiso de suelo). “Insisto, hasta la fecha ninguna persona de San José Acatocha ya acudió con nosotros; y por eso no sabemos si tienen todos los permisos, y peor aun, no sabemos de dónde piensan sacar agua y hacia dónde piensan encausar el drenaje”.

Incluso Sandre fue contundente: “no perdamos de vista que esa área de Atlixco (el entronque hacia la vía Atlixcáyotl) no cuenta con servicios públicos y tampoco con infraestructura urbana. Es más, para poner más en realidad esa perspectiva diré algo: si de un momento a otro acuden al SOAPAMA a requerir nuestra ayuda, sin duda nos meterían en un aprieto porque de inicio tendríamos ese problema, la carencia de instalaciones”.

De acuerdo con la información recabada por este diario, los responsables de ese fraccionamiento planean pedir dinero a los vecinos y a los futuros dueños de las casas con el objetivo de poner en marcha, de manera oculta, un pozo profundo. “El objetivo es llevar agua y conectarse al drenaje”.

Cabe recordar que el martes vecinos afectados por esa obra comentaron a La Jornada de Oriente que los interesados en comprar una vivienda en este fraccionamiento pueden salir “pillados” por las siguientes causas: “aunque ofrecen una casa tipo campestre, que según la ley respectiva los exime de ofrecer los servicios básicos como agua potable y drenaje, en realidad, y de acuerdo con los cambios administrativos propuestos recientemente para el tamaño de los lotes, están llevando a cabo un desarrollo inmobiliario, es decir, todo un esquema urbano”.

Explicaron: “bajo el primer concepto de campestre, los dueños están obligados a proveer a los futuros compradores el servicio de drenaje pluvial y por el resto de cosas cada uno de los propietarios responde; y con el segundo los compromisos de traer el agua potable y colocar el drenaje son inevitables. Más claro: piden permiso para un tipo de casa, y venden otra con el objetivo de engañar a la gente que no podrá pedirles esos beneficios”.