Desciende el aporte de acuíferos a las marismas de Doñana

07 junio 2011

7 de junio de 2011

Fuente: Europa Press

Foto: EUROPA PRESS

La organización WWF ha advertido que la sobreexplotación del acuífero 27, que en algunos puntos ha sufrido descensos de 40 metros, ha reducido el agua disponible para los ríos y humedales de Doñana.

Entre otros riesgos, destaca que en concreto el arroyo de la Rocina ha visto disminuido su caudal en un 50 por ciento en los últimos 30 años y las marismas del Parque Nacional de Doñana reciben ahora tan sólo el diez por ciento del agua que les llegaba de forma natural del acuífero y de los arroyos de la zona, lo que supone un descenso del 90 por ciento.

Según ha informado la organización en su boletín, consultado por Europa Press, la vegetación que necesita más humedad –monte negro, bosques de ribera, alcornoques– y las especies que crían más tarde –como la cerceta pardilla en peligro de extinción– son los primeros, pero no los únicos, en resentirse de esa disminución.

Asimismo, alertan de la problemática de la ilegalidad en la zona, ya que existen en total 2.173 hectáreas de cultivos en monte público y un número aún desconocido en monte privado y además algunos municipios poseen la mayor parte de sus cultivos de fresa en monte público (Lucena del Puerto, 90 por ciento, Almonte, 18 por ciento).

De este modo, señalan que el 20 por ciento de los arroyos y cursos de agua se encuentran “seriamente alterados” por la agricultura ilegal”. “Los cultivos ilegales compiten deslealmente con los legales”, destacan desde WWF, que estiman que los excedentes obligan a “continuas” bajadas de precio.

En esta misma línea, consideran que existen unas mil viviendas de temporeros y otras instalaciones en suelo rústico (naves, oficinas, etc), aparte de una “enorme proliferación” de caminos y tendidos eléctricos, muchos en situación precaria.

“La situación ambiental actual es la causa de la fragmentación del territorio, la sobreexplotación del acuífero, el vertido directo de aguas residuales a los arroyos y al suelo, y el incremento en el riego de incendios”, señalan, a la par que subrayan que los 2.000 pozos ilegales abastecen a más de 5.000 hectáreas de cultivos, según se indica en el Plan de Ordenación de Regadíos de la Corona Forestal de Doñana. Actualmente, sólo un tercio de la superficie agrícola tiene permiso para el uso del agua.

WWF entiende que la proliferación de pozos ilegales ha sido una “responsabilidad compartida” entre agricultores y administración, pero rechaza la posible amnistía. En consecuencia, solicita que los regantes con pozos ilegales sean sancionados por daños al dominio público y que no cuenten con ningún tipo de “derecho adquirido” ni preferencia en el uso del agua respecto a aquellos agricultores que se han mantenido en secano ante la imposibilidad de conseguir derechos de riego.
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