Fuente: FMBolivia

Cinco represas que abastecen de agua a La Paz y El Alto bajaron su caudal a alrededor de un 10% de su capacidad por la época de estiaje.    No obstante, EPSAS garantiza el normal suministro de agua a las zonas Sur y central de La Paz; en otras áreas hay problemas.

En una visita a la represa de Incachaca -zona Chuquiaguillo-, que es una de las principales proveedoras de agua de la urbe paceña, se observó que el nivel del agua bajó a 1,2 de los cuatro millones de metros cúbicos (mmc) de capacidad máxima que tiene el embalse en tiempo de lluvias.

Similar merma de agua registran las represas de Hampaturi y Ajuan khota. De su capacidad máxima de entre cuatro y cinco mmc, bajaron a 1,2 y 1,3 mmc, informó el responsable de redes de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), Mauro Morales.

Estos tres embalses son tratados en las plantas de Pampahasi y Achachicala. Según Morales, no se vislumbra falta de agua en las zonas Sur y Central de La Paz, toda vez que los reservorios “están garantizados”.

En tanto, el embalse de Milluni -El Alto- registra 1,3 mmc, cuando su capacidad máxima es de 11,87 mmc, según EPSAS.

De estas cuatro represas, la que preocupa es la Tuni Condorini, pues actualmente su caudal de 9,5 mmc -menos de la mitad de su capacidad en época de lluvias- no es suficiente para atender el sector norte de El Alto y la ladera oeste de La Paz. En estas zonas se constató que hay “escasez y cortes” en el suministro debido al alto consumo del líquido vital.

“Conocemos que en El Alto, gran parte de las zonas están afectas por el servicio, que no es el adecuado. Esto afecta también a la ciudad de La Paz, específicamente desde La Portada, Munaypata y Max Paredes hasta la Buenos Aires y otras zonas”, remarcó el funcionario de EPSAS.

Sin embargo, además del alto consumo, las temperaturas elevadas y el retraso de las precipitaciones pluviales en esta época agudizan la falta de provisión de agua -según Morales-, que en el caso de El Alto se experimenta desde hace dos meses.

La semana pasada, el presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de La Paz, Arturo Quispe, denunció que hay “escasez y racionamiento de agua” en las laderas de la ciudad. Este extremo fue confirmado por la empresa de agua.

Represas dependen de lluvias

Frente a este panorama, EPSAS espera que con las lluvias que empezarán a caer en los próximos días y durarán hasta enero del próximo año la provisión del líquido vital se normalice.

De acuerdo con Morales, las represas de La Paz se alimentan en un 80% de las lluvias y el resto es provisto por los glaciares.

Estos últimos, sin embargo, están a punto de desaparecer por efectos del cambio climático. Eso ocurre, por ejemplo, con el nevado Chacaltaya y con el Tuni Condorini, apuntó Morales.

El riesgo de sufrir un racionamiento de agua en un futuro próximo podría hacerse realidad en varias zonas de la ciudad de La Paz, pues el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) pronosticó el déficit de lluvias en gran parte del país.

“Las lluvias son el mejor reservorio. En este momento hay problemas para el consumo en El Alto; en el caso de La Paz, la demanda se detuvo porque el crecimiento poblacional es vertical y no horizontal”, agregó.

Para hacerle frente a esta situación, Morales reiteró que se están tomando previsiones, como la construcción de la represa de Alto Hampaturi, que tendrá una capacidad de cuatro mmc.