Nicaragua: La Nueva Venecia y la orden de callar

11 junio 2012

Un reparto hecho por el Gobierno se inunda con las lluvias

11 de junio de 2012

Foto: Imagen de la inundación en el Reparto Nueva Nicaragua, construido por el Gobierno. Foto: A. Malespín/Confidencial.

Cuando se reporta sobre el desastre que provocan las lluvias las imágenes muestran casi siempre barrios, viviendas y familias pobres. La posibilidad de desastre es evidente en más de 80 puntos de Managua. Nomás iniciar el aguacero los jefes de prensa aprestan equipos periodísticos hacia esos puntos vulnerables. Y luego leemos o vemos el reporte. Uno de ellos, publicado el lunes 11 de junio de 2012 informaba que “el aguacero que cerró la tarde de este domingo (10 de junio de 2012) volvió a causar problemas a los habitantes de los barrios pobres del sur y norte de la capital”.

El reporte de Trinchera de la Información agregaba que “al cierre de edición no había un reporte oficial que tras las lluvias del viernes (08 de junio) y el sábado pasado (09 de junio) son considerables. Los barrios costeros fueron castigados por las corrientes que cruzaron la ciudad de sur a norte”. Apueste a que en el reporte de los medios no aparecerá un barrio que casi siempre escapa al escrutinio de la cámara periodística, a pesar de que las inundaciones ahí son espectaculares y a que en él habitan bastantes periodistas.

Su nombre oficial es Reparto Nueva Nicaragua. Está frente al Puerto Lacustre Salvador Allende. Pero quienes ahí residen se refieren a su barrio como el “Bloque XXVIII”, dado que fue el bloque número 28 edificado por el gobierno de Daniel Ortega para beneficiar a familias sin vivienda. Otros jocosamente le denominan “Reparto Hollywood”, porque ahí residen algunas de las estrellas de la radio y la televisión oficialistas. La mayoría de residentes son empleados públicos.

Pero desde el agosto de 2010 otro nombre ha comenzado a ser cultivado, no tan jocosamente, entre estas familias: “Reparto Nueva Venecia”. Cada vez que llueve la amenaza de inundación usualmente se convierte en una húmeda, sucia y peligrosa realidad.

Ese agosto las aguas del Lago Xolotlán se tragaron el puerto y se metieron hasta las casas más próximas de ese barrio. El desastre fue tal que las aguas borboteaban por entre los inodoros, los tragantes de las duchas y hasta por las tuberías de agua potable. Como respuesta a la crisis el gobierno mandó erigir un muro perimetral de varios metros de altura, para evitar que las casas volvieran a inundarse.

Entonces, el canal 10 publicó imágenes de la anegación y a un vecino que describía lo ahí ocurrido. Un día más tarde ese vecino, un reconocido combatiente histórico del FSLN, fue convocado a “despacho”. Lo reprendieron y le pidieron no volver a hablar con “esos periodistas”. Igual medida se tomó con el resto de inquilinos. Desde entonces hay silencio.

Después de ese incidente varias familias solicitaron al ingeniero Francisco López, Vicepresidente de ALBANISA, las sacara de ahí y las reubicara. Solo una lo logró. Las demás siguen frente a la amenaza de las aguas.

Más cauce es la respuesta

En 2011 el muro cedió ante las nuevas inundaciones y el Bloque XXVIII volvió a parecerse a la italiana Venecia. Varias casas quedaron parcialmente bajos las aguas y el puente por donde pasaba Daniel Ortega para entrar y salir de la Plaza de la Fe quedó dañado de manera irremediable. La bomba de ENACAL, que servía para impulsar las aguas servidas hacia las pilas sépticas, se paralizó.

Desde entonces las aguas negras del sector desembocan en un cauce situado al norte de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional, DOE, y de ahí van hacia el lago. La idea es que se colecten y procesen en una pilastra inmensa que se construye al oeste del puerto.

Entonces las autoridades mandaron cavar un cauce enorme, que actualmente rellenan con una armazón de metal y chorros de concreto. Mide desde el fondo más de dos metros y otros dos de ancho. Se ensancha en la medida que se adentra, en dirección oeste, hacia el Lago Xolotlán. Para mayor seguridad sobre el costado sur del cauce se erige un muro adicional de más de un metro de altura.

El puente viejo está siendo sustituido por un “puente-caja”. Aseguran los obreros que ahora “el comandante ya no tiene de qué preocuparse por si llueve el 19 de julio… o cuándo él quiera venir por este lado”.

La obra, iniciada este año, ha sufrido atrasos con cada aguacero. Las porfiadas corrientes que bajan desde el norte han dañado parcialmente las obras. Aun así algunos obreros dicen que esta es la mejor respuesta al problema. Los aguaceros de mayo y junio parecieran indicar lo contrario. Las inundaciones no han cesado.

No apto para asentamiento humano

Algunos de los vecinos del barrio Nueva Nicaragua tímidamente han ofrecido una solución menos cara, que no ha sido escuchada: deshabitar ese sector y reubicar a las familias afectadas.

¿Por qué?, pregunté a varios vecinos.

“Porque todas estas casas fueron construidas en un lugar no apto para asentamientos humanos. Eso nos dijeron varios arquitectos e ingenieros que conocen este lugar”.

Uno de esos expertos, que pidió no ser identificado por laborar para el gobierno, me dijo que la razón por la que el asentamiento construido para trabajadores durante los gobiernos anteriores se ubicara al sur de la Plaza de la Fe, es porque se quería prevenir el desastre que ahora vemos cada año en el Reparto Nueva Nicaragua.

De acuerdo a este ingeniero, la altura a la que está ese barrio es crítica respecto al lago. Por eso se inundó en agosto de 2010. También por la cantidad y velocidad de las aguas pluviales que bajan por el cauce localizado al este del barrio. Por eso se ha inundado sin falta en mayo y junio de este año.

Sin embargo, la obra sigue su marcha. De acuerdo a los obreros deberá quedar inaugurada muy pronto, para ser parte de las celebraciones sandinistas por el treinta y tres aniversario del triunfo revolucionario de 1979.