España: Fenosa proyecta bombear agua tóxica a un embalse protegido

21 noviembre 2012

El plan de reversibilidad del sistema de conducción pretende utilizar las horas valle, aquellas en las que la demanda de energía eléctrica es menor, para bombear desde As Conchas al Salas, y luego emplear las horas punta para turbinar al revés. Este trasvase, previsiblemente, contaminaría las aguas de un embalse para el que actualmente la Xunta tramita ampliar la protección. El Ministerio de Medio Ambiente será el encargado de decidir si Gas Natural Fenosa puede acometer su proyecto sin declaración de impacto ambiental o está obligada a cumplir con este trámite.

“El proyecto sería económicamente muy beneficioso para la empresa”, destaca la SGHN, “por la diferencia tarifaria entre horas punta y valle y porque aprovecharía una infraestructura ya existente”, toda ella de Fenosa: los dos embalses, la tubería (que habría que duplicar siguiendo el trazado actual) y la central eléctrica a las afueras de Mugueimes, donde ahora se produce el turbinado. Pero “el problema”, según el colectivo ecologista, “surge por el pésimo estado de las aguas del embalse de As Conchas, que padece una eutrofización galopante con graves consecuencias ecológicas, sanitarias y económicas”.
Gas Natural Fenosa todavía no ha dado una respuesta a este diario sobre los términos en los que se plantea este proyecto denunciado por la SGHN, ni explica si ha contemplado en su propuesta al ministerio la posibilidad de que las aguas del embalse de Salas se contaminen. As Conchas, según el propio Plan Hidrolóxico da Demarcación Miño-Sil, se halla en “estado total malo” y no se aspira a que alcance el “buen potencial ecológico y el buen estado químico” hasta 2021. Mientras que el pantano de Salas (e incluso el tramo del río Salas que continúa más allá de la presa y desemboca en el Limia), según el mismo plan, presenta un “estado total bueno” y un “potencial ecológico bueno o máximo”. La SGHN ha enviado escritos para advertir de esta situación tanto al Gobierno central como a la Confederación Miño-Sil y la Dirección Xeral de Conservación da Natureza. “La culpa del estado de las aguas”, advierte el presidente de la SGHN, Serafín González, “no es de la hidroeléctrica; viene de más arriba”. Y con “más arriba”, el científico se refiere a “aguas arriba”, y a las Administraciones, por su “pésima gestión de los residuos orgánicos” en una zona, A Limia, atestada de granjas de pollos, con “montañas de estiércol de galliña” que arrastra la lluvia, y de cultivos en los que se emplean con insistencia los fertilizantes y los fungicidas.

Entre estas Administraciones, está la propia Confederación Hidrográfica Miño-Sil, que cuando esta contaminación (detectada ya en torno al año 2005) hizo saltar la alarma entre los vecinos, no tomó ninguna medida de socorro. El entonces presidente de la entidad, Francisco Fernández Liñares, principal imputado de la ‘trama Pokémon’, dijo que aquello no tenía la menor importancia, solo había, auguró, que “esperar a que llueva”. En primavera y verano de 2011, la proliferación de cianobacteria se disparó y persistió en 2012, cuando un equipo de la Universidad Complutense detectó en el agua cantidades elevadas de cobre (presente en los fungicidas pero también en el pienso y los excrementos de porcino, una ganadería dominante en la comarca, río arriba).


21 de noviembre de 2012

Fuente: El País / Silvia R. Pontevedra

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