Piden expertos más estudios de megapozo en el D.F.
01 febrero 2013
Estos estudios, dijo, permitirían conocer las propiedades hidráulicas del acuífero, su extensión y relación con las formaciones geológicas que lo rodean, así como la cantidad y ubicación de sus zonas de recarga.
Una vez que se tengan estos datos será posible evaluar si la explotación intensa causaría efectos en el acuífero superior, actualmente en explotación (de cero a 400 metros de profundidad aproximada), y si se determina que estos efectos son significativos, en qué lapso de tiempo ocurrirían, comentó el experto.
“Esta información permitirá planear un uso sustentable”, dijo.
La perforación del pozo estuvo a cargo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México y contó con la autorización y colaboración de la Comisión Nacional del Agua, a nivel federal.
“Existe un convenio firmado entre el Instituto de Geología y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, específicamente para este proyecto que acaba de concluir. Estamos en pláticas para reanudar este año el acuerdo y avanzar en las investigaciones con una nueva exploración”, detalló Óscar Escolero, también especialista del Instituto de Geología de la UNAM.
En esta primera etapa se realizaron pruebas hidráulicas que confirmaron que entre mil 500 a 2 mil metros de profundidad se encontraron condiciones hidrogeológicas favorables para la producción del agua, aunque la zona de captación del pozo va de mil 140 a dos mil metros.
“Falta saber si se trata de agua antigua, acumulada desde hace muchos años; rastrear de dónde viene y establecer las conexiones con otros acuíferos del Valle de México”, precisó Escolero.
“También se requiere información para planear una explotación sustentable, y saber si hay posibilidades de riesgo por hundimiento debido a efectos en el acuífero superior”, añadió Morales que, en principio, consideró que por la profundidad y las características de las rocas intermedias, el impacto en ese sentido podría ser mínimo.
La semana pasada, el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, acudió al pozo, donde anunció que en 90 días se comenzará a explotar el agua del megaacuífero recientemente descubierto.
La excavación del megapozo comenzó en junio de 2011 y en ella participaron cuatro especialistas del Instituto de Geología de la UNAM, quienes ahora buscan rocas calizas, ya que se sabe que bajo el Valle de México existe ese tipo de material, que puede contener agua en cantidades importantes.
“Nuestro objetivo original era localizarlas. Se pensaba que estaban a mil 600 metros de profundidad, por eso se programó la excavación del pozo a dos mil metros, pero nunca llegamos a ellas; encontramos otro tipo de rocas volcánicas que están entre mil 500 y dos mil metros, que aportan esta agua.
“Es importante continuar la investigación y encontrar las calizas”, señaló Escolero.
El 21 de enero, REFORMA publicó que el SACM encontró, a una profundidad de 2 mil 8 metros, un segundo acuífero, en el que la información preliminar indica que se trata de un potente manto con agua casi potable, pues sólo contiene altas concentraciones de fierro, que a decir de las autoridades no implica mayores dificultades para potabilizarla.
Fuente: Reforma