Xochimilco, otra vez

28 mayo 2013

 Las políticas públicas sobre uso del agua y expansión de la mancha urbana sobre la zona lacustre se unieron para atentar contra este Patrimonio Cultural de la Humanidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Lo es también ecológico que se remonta a, por lo menos, mil años y tiene como expresión principal el agrosistema chinampero. Establecer estos islotes artificiales, capaces de dar cosecha hasta siete veces al año, exigió un amplio conocimiento de los recursos biológicos del lago y el dominio de la orografía e hidrografía de las regiones montañosas aledañas. El resultado: asegurar una producción agrícola en las serranías, maximizar la capacidad de recarga de los mantos freáticos que alimentan a las chinampas. Agréguense la portentosa obra hidráulica para evitar inundaciones y separar el agua dulce de la salada, el albarradón de Nezahualcóyotl.

El desastre comenzó cuando los españoles consideraron que el ecosistema lagos-serranías era obstáculo para las nuevas formas de producción. Secar los lagos, por principio. El agua como enemigo. A pesar de todo, una parte de ese rico territorio manejado sabiamente por los habitantes de la cuenca se salvó de la destrucción y deja sentir su influencia positiva sobre Xochimilco, y Chalco, Tláhuac, Texcoco y la ciudad toda.

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