El sistema Cutzamala del Valle de México, el más vulnerable ante el cambio climático: Dr. Oscar Escolero de la UNAM
13 noviembre 2014Y está documentado también que los impactos del cambio climático inciden de manera importante en muchos aspectos de la vida, especialmente en la disponibilidad del agua, en la posibilidad de que ésta sea de calidad, así como en el incremento de los fenómenos hidrometeorológicos extremos (sequías e inundaciones) que año con año ocasionan pérdidas humanas.
En el Valle de México en donde conviven alrededor de 20 millones de personas, se han exacerbado en los últimos años las crisis por el agua. El modelo de crecimiento de la zona ha sobreexplotado a la cuenca, y ha sido necesario desarrollar grandes proyectos de infraestructura hidráulica, y de importación de agua de los alrededores, para garantizar el abasto de los servicios.
Sin embargo, éste sistema es muy probable que no sea sustentable en el largo plazo, y así lo compartió el Dr. Oscar Escolero del Instituto de Geología de la UNAM, para Alianza por el Agua, quien realizó un estudio sobre las condiciones del acuífero de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, mediante el diagnóstico de las fuentes de agua, la revisión de indicadores, convocando a un taller de expertos, midiendo el impacto del cambio climático, y emitiendo las recomendaciones pertinentes.
“Los factores y riesgos del cambio climático se identificaron en términos de infraestructura de captación y conducción; físico ambiental, que considera las áreas de captación y reserva; así como las socio administrativo sociales e institucionales, que refieren a la gestión de las fuentes”, comenta el Dr. Escolero.
“Y las fuentes estudiadas fueron el Sistema Cutzamala, el Sistema Lerma, el Sistema de Pozos del Plan de Acción Inmediata (PAI), así como los pozos y manantiales del Sistema de Agua de la Ciudad de México, incluido Chiconautla. En todas ellas se observó que en los últimos años ha habido una disminución gradual en su aportación al abastecimiento, que se relaciona con dos aspectos básicamente: infraestructura y degradación de las áreas de captación”, precisó.
Los resultados de la evaluación apuntan a que el Sistema Cutzamala es el más vulnerable de todos, por los impactos del cambio climático. Esto, desde la perspectiva ambiental, toda vez que los pozos dentro de la zona urbana está provocando hundimientos, hay una menor disponibilidad, además que pertenece a la reserva dela mariposa monarca; de infraestructura, por las condiciones en las que se encuentra el sistema; así como el socio – administrativo:por lo que está sucediendo con la comunidad mazahua.
“Yo les digo a mis alumnos: si les preguntáramos a los ambientalistas, a los mazahuas, y a los responsables de la gestión,cuánta agua deberíamos traer para el Valle de México¿Qué responderían? ¿Y quién tiene la razón?”, reflexiona el Dr. Escolero.
Y el problema se agudiza con el tiempo. “La profundidad de los pozos ya oscila entre los 200 metros de profundidad, y hasta los 1000 o 1200. Es decir, cada vez tiene que haber más pozos y a mayor profundidad. También los sistemas operan por arriba de la disponibilidad. Por ejemplo en Iztapalapa hay 68 colonias que se abastecen por tandeo”.
El estudio arroja que el cambio climático incide porque cambia la disponibilidad del agua en el Valle de México, y la manera como llega la precipitación: o hay lluvias más intensas, menor infiltración, menos agua disponible, y mayor erosión.
“En conclusión: o traemos más agua de otras fuentes, o usamos menos agua”, expone el investigador. “El hecho de que el Sistema Cutzamala como fuente externa de agua superficial presenta la vulnerabilidad más alta, apunta a la necesidad de un cambio de paradigma en la planeación de las futuras fuentes”.
Dentro de las recomendaciones y las alternativas de solución que destacan en el estudio, se incluyen el Proyecto Tecolutla y Amacuzac, el de Temascaltepec y Tula, pero también aquellas medidas no regrets (las que tienes que implementar con o sin cambio climático),como la potabilización del agua residual, el reuso en riego dentro de la Cuenca, la reparación de fugas, la recarga artificial con agua pluvial, así como proyectos intensos de restauración de cuencas y reforestación.
“Soluciones socialmente aceptables y ambientalmente deseables, deberían considerar primero estrategias enfocadas a la demanda, antes de privilegiar los proyectos de importación de agua para aumentar la oferta”, concluye Escolero.
12 de noviembre de 2014
Fuente: Alianza por el Agua
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