En días pasados el Vicepresidente del Grupo México, Xavier García de Quevedo, declaró muy ufano que por parte del Grupo México (propietario de la minera Buena Vista del Cobre en Cananea), que ya no había contaminación en las aguas ribereñas porque habían terminado con los trabajos de limpieza.
Entre otras barbaridades más que dijo el alto funcionario de la minera de Cananea causante de arrojar desechos tóxicos a los ríos Sonora y Bacanuchi, fue que los derrames no eran contaminantes porque eran de cobre acidulado, y que ya no habría más pagos a los afectados porque cerrarían la chequera.
Después de esas declaraciones irresponsables y temerarias del Vicepresidente del Grupo México, vinieron las aclaraciones por parte del delegado estatal de la Profepa, Jorge Flores Monge, quien advirtió que los trabajos de limpieza continuarán, y que se monitorearán las labores en el subsuelo por los próximos cinco años.
“La Profepa en ningún momento ha solapado ni solapará ni a Grupo México ni a nadie que infrinja la ley; a todos se les aplicará con la misma medida”, advirtió el delegado Flores Monge, aunque del dicho al hecho hay muuuucho trecho.
Con lo anterior, retorna la confianza en los 25 mil afectados con la contaminación en los siete municipios ribereños de que continuarán los trabajos de remediación hasta que el Río Sonora quede rechinando de limpio de los desechos tóxicos mineros.
Desde luego que habrá que esperar a que la Semarnat haga públicos los análisis de los estudios que se hicieron sobre la remediación del Río Sonora y Bacanuchi afectados por el derrame de sulfato de cobre, tal como lo instruyo el pleno del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI).
Tampoco se ha aclarado a plenitud por parte de la Profepa y Semarnat, la denuncia que hizo la investigadora de la Unison Reina Castro Longoria, en el sentido de que los desechos tóxicos mineros llegaron a la presa El Molinito que abastece de agua para el consumo de los hermosillenses. La investigadora denunció que encontró arsénico en los pozos del ejido del Molino de Camou y en el agua que llegó a Hermosillo. Vóitelas.
07 de octubre de 2015
Fuente: Crítica
Nota de Gaspar Navarro Ruiz
