UNAM crea primer mapa sobre riesgos del acuífero en DF
08 diciembre 2015 Foto: Archivo
En un comunicado de la UNAM, el académico de la Facultad de Ingeniería (FI) de dicha institución, José Antonio Hernández Espriú, explicó que la debilidad del agua subterránea se define como la susceptibilidad de un acuífero para ser contaminado.
“Los cuerpos de agua tienen propiedades intrínsecas, y de manera natural es más fácil que sean afectados en un sector que en otro. Ello se establece por medio del denominado mapa de vulnerabilidad del agua subterránea para ser contaminada”, dijo el académico.
Uno de los objetivos de la investigación de Hernández Espriú y su equipo fue estudiar las zonas con mayor hundimiento de terreno como la ciudad de México; de igual forma, se detectó esta situación en los estados de Querétaro, Aguascalientes o San Luis Potosí.
“La subsidencia (hundimiento) en la capital se da de manera natural, por el comportamiento geomecánico de las arcillas del antiguo lago, acelerada por la extracción excesiva de agua subterránea”, dijo el ingeniero.
“Prueba de ello, son las fracturas generadas en zonas como Iztapalapa y Chalco, incluso hemos visto caer autos en grietas”, recordó.
El mapa se realizó con el uso del método “DRASTIC”, que desarrolló en 1987 Linda Aller con el apoyo de la Agencia Ambiental de Estados Unidos, el cual usa siete variables hidrogeológicas que se combinan en una ecuación que con ayuda de sistemas geográficos de información se obtiene el plano.
El mapa indica, por ejemplo, zonas en rojo donde señala que no es conveniente ubicar industrias o gasolineras debido a que el acuífero se contamina con mayor facilidad.
El plano elaborado por los universitarios se divide en cinco zonas de vulnerabilidad que van desde la muy baja, baja, moderada, alta y extrema, las cuales se identifican con colores.
El académico explicó que tomando en cuenta el hundimiento de la tierra, la vulnerabilidad puede ser de un orden de magnitud mayor, y en áreas que antes eran rojas comienzan a aparecer manchones morados, que es el color de la más alta vulnerabilidad.
“Las principales fuentes de contaminación de esos cuerpos de agua son las gasolineras, viejos tanques subterráneos de almacenamiento y ductos”, puntualizó Hernández Espriú.
“Eso ratifica nuestra hipótesis de que si se utiliza la metodología DRASTIC convencional en sitios con subsidencia, se subestima la vulnerabilidad; aquí nuestro método puede ser aplicable donde se generan fracturas por hundimiento diferencial del terreno”, resaltó.
Las siete variables consideras en el método son profundidad del nivel del agua subterránea, recarga del acuífero, geología o litología, tipo de suelo, topografía, tipo de material geológico arriba del nivel del agua y conductividad hidráulica, esta última añadida por la UNAM.
08 de diciembre de 2015
Fuente: La Crónica de Hoy