El cambio climático y la disponibilidad de agua en la Región Lagunera
12 febrero 2016Al cambio climático se le atribuye el deshielo de las zonas polares del planeta, que de continuar podrían elevar los niveles del agua en los océanos inundando las costas, pero también se le adjudica la generación de fenómenos meteorológicos extremos (ciclones, tornados, granizadas, lluvias y sequías), algunos relacionados en el continente americano con los fenómenos de "El Niño" y "La Niña".
Aun cuando año con año las condiciones climáticas en la Comarca Lagunera son variables, las temporadas de invierno, primavera, verano y otoño son cíclicas y se repiten las condiciones normales de temperatura, viento y lluvia, con algunas diferencias en las fechas e intensidades. En ocasiones tenemos la percepción de que el clima está cambiando porque hace más calor o frío, sin embargo son fenómenos temporales.
La memoria sobre el clima es muy corta, ya que olvidamos rápidamente lo que sucedió hace unos meses o años, por lo que tenemos que recurrir a los eventos que recordamos o a consultar los datos de medición de las estaciones climatológicas e hidrométricas que existen en la región.
Las lluvias en las cuencas Nazas-Aguanaval y en particular en la Comarca Lagunera dependen principalmente de la humedad que llega de los océanos cuando ocurre la temporada de ciclones en el Pacífico y con menor frecuencia en el Golfo de México. Por lo tanto, la disponibilidad de agua en la región depende de los fenómenos meteorológicos que aportan lluvias en forma aleatoria a la meseta central del norte del país.
Los registros históricos de las lluvias y escurrimientos en la cuenca alta del río Nazas, de donde provienen las principales aportaciones de agua en la Comarca Lagunera, indican que no hay una tendencia a incrementarse o disminuir en un período de 120 años. También se observa que no existe un patrón cíclico de lluvias y sequías, ni que ahora sean más frecuentes que en el pasado, más bien ocurren en forma errática.
Al analizar la información, encontramos que los escurrimientos en el río Nazas son sumamente variables, observándose que el promedio anual de agua que se capta en la cuenca alta es de 1,200 Mm3, con un 30% de valores cercanos a la media, siendo el número de años con volúmenes inferiores extremos sólo del 17 %, en contraste con un 53% de ocasiones en que el agua captada es mucho mayor.
De lo anterior, vemos que en un reducido número de años de sequía los escurrimientos en la cuenca han sido inferiores a los volúmenes normalmente captados en las presas y por el contrario ha habido más años con escurrimientos relativamente abundantes.
12 de enero de 2016
Fuente: El Siglo de Torreón
Nota de Raúl Cuéllar Chávez