Por una agricultura ecológica en Castilla-La Mancha

31 mayo 2016

La crisis que estamos viviendo puede favorecer la búsqueda de nuevos yacimientos productivos en un sector que deberíamos valorar más, y en que ayuntamientos como el nuestro ( Valdepeñas ) podrían favorecerse, con iniciativas no tan solo formativas, como el Curso de Huerto Ecológico que ofreciera la Universidad Popular sino facilitando actividades de agricultura orgánica que puedan facilitar el comercio orgánico y la consiguiente vida más sana que hoy se va apoyando, con certificaciones europeas y con un consumo responsable, que vaya más allá de los intereses de aquellos que convierten “lo verde y sano” en un producto más de marketing comercial la mayoría de las veces con prácticas comerciales “de economía sumergida”.

La utilización de plaguicidas está demostrado con su presencia en alimentos su influencia perniciosa tanto en temas de fertilidad como en alteraciones hormonales con sus consecuencias en sobrepeso, problemas digestivos…

A diferencia de los alimentos obtenidos con los OMG (organismos modificados genéticamente) más conocidos como transgénicos, todavía no suficientemente estudiados y sus consecuencias en el consumo, hacen que los ecológico presenten mejores propiedades tanto en sus sabores como en sus propiedades saludables.

Los niveles de nutrientes en los alimentos orgánicos han demostrado ser superiores que los convencionales y eso nos motiva al consumo ecológico.

Habría que practicar una agricultura sustentable en el curso del tiempo y especialmente amigable con un medio ambiente, desgraciadamente muy alterado en nuestro entorno castellano-manchego, pues sabemos la fuerte implantación en nuestra provincia de las semillas transgénicas (la más elevada en España ).

Muchos son los usos agropecuarios que se han visto muy alterados en estos tiempos.

No sabemos cuántos han introducido técnicas inadecuadas o insostenibles. sin poder evitar cuestionar si ha merecido la pena incrementar producciones “regadas” en terrenos de secano, ahogando unos acuíferos muy saturados – que incluso han favorecido cambios ecológicos profundos en nuestros cauces y alumbramientos naturales, ricos en presencia de nitratos y restos de pesticidas perniciosos.

Productos de secano, como las lentejas, que muchos sustituyeron en época de bonanza artificial vuelven a ser glosados por su importancia en una alimentación sana, también garbanzos, habas…

No hablemos del aceite de oliva o del vino, que debe ocupar la atención preferente en su aspecto de calidad, por encima de cantidades de producción.

La “cultura” de la ganancia fácil, los subsidios europeos, con poco trabajo, va a tener que ir dejando paso a un redescubrimiento de la vida campesina, porque la apuesta industrial y de servicios nos ha llevado donde estamos.

Los ambientalistas creemos que se debe mirar con más atención a un nuevo desarrollo del sector primario y agro turístico de nuestros entornos, nos sobran campos y espíritu creativo que puedan favorecer las industrias agropecuarias antes que la competencia del sur o del norte nos destruya.


31 de mayo de 2016
Fuente: La comarca de Puertollano
Nota de Darío Pozo Ruz. Presidente del Centro de Estudios Ambientales de Castilla La Mancha

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