Azotarán a México huracanes más devastadores, alertan

01 junio 2009

Fuente: El Sol de México
31 de mayo de 2009
Por Arturo Gómez Salgado

Las intensas ondas de calor son preámbulo de que las aguas oceánicas crearán suficiente humedad para favorecer la formación de huracanes de gran intensidad. Foto: OEM-Informex

Ciudad de México.- Expertos en meteorología advierten que signo inequívoco del calentamiento global será la presencia de un mayor número de huracanes con más fuerza e intensidad que representarán un grave riesgo para la seguridad de aproximadamente 40 millones de mexicanos que habitan en las zonas costeras, laderas y áreas de escurrimiento de las precipitaciones pluviales.

Agustín Breña Puyol, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en fenómenos hidrológicos, dijo que para este año se pronostican diez por ciento más tormentas tropicales en el Atlántico que ante el aumento de la temperatura de las aguas oceánicas, podrían degenerar en huracanes categorías 4 y 5 en la escala de Saffir-Simpson, similares a la fuerza devastadora de Katrina, Wilma, Emily o Stan.

El especialista precisó que la situación es doblemente preocupante por la falta de un mapa de riesgos hidrológicos y adecuadas políticas de prevención ante ese tipo de fenómenos naturales que tan sólo entre 2005 y 2008 dejaron más de tres millones de damnificados, alrededor de 300 mil viviendas destruidas y pérdidas materiales por más de diez mil millones de dólares.

Mario Garza Salinas, coordinador de la Red Universitaria para la Prevención y Atención de Desastres Naturales, apuntó que además del efecto invernadero que favorece la creación de huracanes de mayor fuerza e intensidad, se enfrenta la desaparición acelerada de humedales y selvas bajas que representaban una barrera natural contra el poder destructivo de los fuertes vientos, lluvias y oleaje.

"La fuerza destructora de Wilma y Stan en Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, seguramente se vio acrecentada por la desaparición de manglares y selvas que históricamente habían actuado como escudo natural contra las rachas de viento de más de 250 kilómetros por hora y como sistema de absorción natural de las intensas precipitaciones pluviales", señaló.

Con datos de la Organización Ambientalista Greenpeace, el catedrático subrayó que aunque oficialmente existen 800 mil hectáreas de manglares en el país, éstos desaparecen a un ritmo de diez mil hectáreas por año acentuando la vulnerabilidad de la población que habita en las zonas costeras como es el caso de Cancún, Quintana Roo y Motozintla, en Chiapas, donde Wilma y Stan causaron estragos inusitados.

Garza Salinas señaló que aun y cuando se han incrementado las sanciones para quienes destruyen los humedales y selvas bajas, continúa la depredación de esos ecosistemas sobre todo en el Caribe mexicano donde inexplicablemente continúan otorgándose permisos para desforestar a todo tipo de desarrolladores turísticos. "El Corredor Cancún-Tulum, es ejemplo claro de la irresponsable devastación de las selvas bajas", precisó.

LOS PRONÓSTICOS

El Centro Nacional de Huracanes reporta que en la presente temporada la situación más difícil se presentará en la costa del Atlántico-Caribe con 14 tormentas tropicales, siete huracanes moderados y cuatro más con categoría de intensos, cuyo efecto devastador dependerá de la energía que absorban de las cálidas aguas oceánicas y fuerza de los vientos.

En el Pacífico se prevé la presencia de 13 tormentas tropicales, cuatro huracanes de baja intensidad y tres que pudieran alcanzar la categoría 4 y 5 en la escala de Saffir-Simpson y que estarían afectando severamente las costas de Michoacán, Guerrero y Oaxaca.

Alberto Hernández Unzón, subgerente de Pronóstico Meteorológico en Tabasco, señaló que en comparación con otras temporadas, en el Atlántico se pronostican tormentas tropicales 10 por ciento más que lo normal debido a que las aguas oceánicas registran una temperatura cercana a los 26 grados centígrados que directamente incide en una mayor precipitación pluvial.

Mencionó que la intensa onda de calor que ya se siente en casi la totalidad del país es preámbulo de que las aguas oceánicas continuarán elevando su temperatura que al crear suficiente humedad favorecen la formación de huracanes de gran intensidad.

GULA ENERGÉTICA

Para las organizaciones ambientalistas e incluso para el Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, la "inercia térmica" o calentamiento del planeta, es lo que más pone en riesgo el frágil equilibrio de los ecosistemas que aceleradamente agotan su capacidad para sobreponerse a la devastación y aumento de la temperatura como es el deshielo de los glaciares que representan el 75 por ciento del agua dulce en el mundo.

Mario Molina advierte que los extraordinarios volúmenes de dióxido de carbono que se liberan a la atmósfera, están afectando los polos donde se observa un vertiginoso desprendimiento de glaciares y adelgazamiento del hielo. Al ritmo actual, dijo, muy posiblemente estaremos viendo un Ártico sin hielo hacía el año 2030.

Michel Rosengaus Moshinsky, director del Servicio Meteorológico Nacional, señala que el deshielo de los polos y calentamiento de las aguas oceánicas es lo que directamente está incidiendo en inundaciones de las zonas costeras y que cada vez sean más intensos y devastadores los fenómenos meteorológicos.

El efecto invernadero motivado por la quema excesiva de combustibles fósiles (petróleo y carbón) que atrapan el calor en la atmósfera, es lo que provoca el aumento constante de la temperatura del planeta que se manifiesta en deshielo de los polos, sequías prolongadas, mayor número de incendios forestales y huracanes de impredecible intensidad, subraya.

Para el experto en meteorología, la naturaleza está empezando a cobrar la factura de la "gula" energética del mundo y por eso ahora se tienen cambios climáticos extremos, sequías prolongadas, inundaciones y fenómenos naturales de gran poder.

Explicó que efecto del "efecto invernadero" fue el huracán "Katrina" que empezó en la categoría uno en la escala de Saffir-Simpson, pero que después de entrar en las cálidas aguas del Golfo de México, ganó fuerza y se transformó en huracán de categoría cinco con vientos continuos superiores a los 250 kilómetros por hora.

Aunque descendió a la categoría cuatro cuando golpeó la delta del Mississippi, sus dimensiones eran enormes afectando gravemente a la ciudad de Nueva Orleáns que se encuentra bajo el nivel del mar. "No cabe duda de que las aguas cálidas del Golfo proveyeron el calor necesario para transformar a Katrina en un gran huracán", subrayó Rosengaus Moshinsky.

El Centro de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos expone que cada año se emiten a la atmósfera más de 4 mil toneladas de dióxido de carbono lo que ha creado una capa contaminante cada vez más densa que además de acentuar el efecto invernadero, está acrecentando el "agujero" de la capa de ozono sobre la Antártida cuya extensión alcanza ya los 25 millones de kilómetros cuadrados, equivalentes a tres veces el territorio de Estados Unidos.

Los gases de invernadero y otros compuestos como los clorofluorocarbonos se sitúan en la estratósfera y tardan años en disiparse por lo que irremediablemente continuará incrementándose la temperatura en el planeta con consecuencias devastadoras, advierte el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En su análisis el organismo revela que aunque Estados Unidos representa sólo el 4 por ciento de la población mundial, consume la cuarta parte de la producción total de petróleo y por tanto en esa medida contribuye en las emisiones de dióxido de carbono que están calentando aceleradamente el planeta.

La organización Greenpeace expone que en los últimos 50 años la temperatura media global aumentó un grado centígrado que es el ritmo más rápido de la historia, lo que explica la disminución en 9 por ciento del casco polar Ártico y la formación de ciclones, tifones y huracanes cada vez más devastadores.

El grupo ecologista World Wildlife Fund (WWF), señala que Estados Unidos emite más bióxido de carbono que China, India y Japón juntos, por el uso excesivo de automotores, un enorme aparato industrial y proliferación de sistemas de calefacción y aire acondicionado lo que explica la negativa gubernamental estadunidense de ratificar el Protocolo de Kioto de 1997 que le obligaría disminuir gradualmente las emisiones de gases invernadero mediante el uso de fuentes alternas de energía.

El World Watch Institute destaca que el costo acumulado de desastres climáticos durante los últimos diez años asciende a 567 mil millones de dólares, cifra que supera lo de los 50 años previos. Sólo en 2005 las pérdidas económicas por huracanes y otros eventos meteorológicos duplicaron las del 2003 con más de 100 mil millones de dólares, incluyendo Katrina con pérdidas materiales por más de 75 mil millones de dólares y mil 836 personas muertas.

MEXICANOS EN RIESGO

De acuerdo al Atlas de Riesgos que elabora la Secretaría de Desarrollo Social, más de 40 millones de mexicanos están expuestos a los fenómenos meteorológicos. De éstos, 15 millones se localizan en la trayectoria de huracanes, 20 millones en zonas potencialmente inundables, y otros 5 millones en áreas de deslaves o laderas.

Las entidades más propensas al paso de los huracanes son Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Tamaulipas, Colima, Guerrero y Jalisco donde en conjunto habitan 15 millones de personas.

Precisa que en total son 75 ciudades las que se encuentran en la trayectoria de huracanes y ciclones donde se requiere intensificar los programas de protección civil.

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