Basura amenaza plan contra inundaciones

04 junio 2010

3 de junio de 2010

Fuente: El Universal
Por Ma. Teresa Montaño, corresponsal

TOLUCA, Méx.— Los dos mil 500 millones de pesos que aplican este año los gobiernos del DF y el Estado de México en obras hidráulicas emergentes, con el propósito de evitar una inundación apocalíptica en el Valle de México, pueden quedar anulados por un solo factor, totalmente ya, fuera de control: la basura.

Óscar Hernández, vocal ejecutivo de la Comisión de Aguas del Estado de México (CAEM), reconoció que la basura que se genera de latas de refrescos, productos de limpieza, de belleza; empaques de absolutamente todo, desde dulces, comida chatarra, junto con desechos de comida orgánica e inorgánica, animales muertos, desechos industriales, de talleres, comercios, mercados, tianguis, ferias y escuelas, forman enormes amasijos que arrastrados por las corrientes primero en calles, luego en drenajes, canales y ríos, pueden paralizar los sistemas de desagüe.

De hecho algunos tapones que se han retirado de ríos del Valle de México, como del Río la Compañía, han llegado a medir hasta 3 kilómetros de largo y han requerido la inversión de semanas enteras de trabajo.

El funcionario aseguró que es tal la gravedad del problema, que en 90% de los casos de inundaciones graves que se han registrado en los últimos años, la basura ha sido un factor decisivo, pues docenas de encharcamientos e inundaciones en colonias, pudieron haberse evitado si los equipos no hubieran quedado atascados por la basura.

Señaló que la basura no solo taponea los canales o drenajes por donde corre el agua pluvial, sino que es capaz de paralizar equipos, descomponer bombas y dejar fuera de operación todo un sistema hidráulico debido a que los desechos pueden paralizar los sistemas que operan eléctricamente o descomponerlos.

Admitió que más allá de las deficiencias en los sistemas hidráulicos o la falta de infraestructura en algunos de los 50 municipios que este año corren el riesgo de sufrir inundaciones (27 del Valle de México), o incluso por arriba de las fuertes precipitaciones que se esperan entre septiembre y octubre, los desechos comunes que tiran o abandonan en las calles, representan el peligro más grave para la propia gente.

Al respecto Cuauhtémoc Zariñana Oronoz, director de prevención y control de la contaminación de la secretaría de medio ambiente del gobierno estatal, reconoció que alrededor del 21% de la basura que se genera en la entidad no se recoge y va a parar a cañadas, caminos, “cuerpos de agua” y campos. Se trata de aproximadamente unas tres mil toneladas de basura, de las 15 mil que se producen al día en la entidad , que, de acuerdo al propio funcionario “quedan volando”.

Hasta un auto hallan atorado en el drenaje

TOLUCA, Méx.— ¡Uun aaauto… uun aaauto!, sí increíblemente un auto atorado en el drenaje de Toluca y obstruyendo el flujo de las aguas pluviales del Río Verdiguel. Pedro Coyuca Perdomo, “malacatero” de oficio no daba crédito, pero sí, ahí estaba, ¡Unn aaauto!, cómo olvidarlo.

Tan solo evocar la imagen le produce una sonrisa de satisfacción, pues él no solo lo descubrió sino que además tuvo que invertir horas y horas enteras, junto con otros empleados del ayuntamiento, para sacar el vehículo incrustado en todo lo ancho de la bóveda subterránea del Verdiguel.

Y es que como dice don Coyuca, es inimaginable el catálogo de cosas extrañas que una persona puede encontrarse entre los vericuetos del drenaje y tanta basura, desde vacas muertas y salas completas, hasta llantas, relojes, tenis y enseres domésticos. Claro, todo inservible. Será por eso quizás que cuando encontró el viejo automóvil en el desagüe, fue como casi casi sacarse un premio, por sus 7 años de servicio en ese inusual trabajo.

Como sea, don Pedro forma parte del equipo de “malacates” que trabajan para el ayuntamiento de la capital, integrado por cinco personas, sacando con un cucharón patas de cabra, y muy pacientemente, la basura que taponea canales, ríos y bóvedas subterráneas.

El cucharón patas de cabra, es una herramienta larga de 5 metros de longitud y que en uno de los extremos pende una pala de aproximadamente 30 centímetros, con la cual el “malacate” atrapa y saca pacientemente la basura que tiran en las calles y que al final va a parar a los canales o el desagüe, lo que eventualmente provoca las inundaciones.

“Mientras nosotros seamos servidores públicos trabajaremos por la sociedad”, señaló don Pedro, al tiempo que con su pala, retira kilos y kilos de pestilente basura y desechos en descomposición.

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