Al rescate del río Sordo
08 marzo 2012
Cristóbal Carrión
Marzo, 2012
En otros tiempos, Xalapa fue un lugar encantador, de magnifico esplendor e inigualable belleza, rebosante de una gran cantidad de especies vegetales y animales encontrados en un paisaje rodeado de manantiales de agua cristalina, que no estaba muy lejos de ser el jardín del Edén. Tanta fue su magnificencia, que aquí decidieron fundar su aposento grupos Totonacas. Por esos tiempos, antes de la llegada de los españoles, los Toltecas habían nombrado al lugar como “Xallapam”, o el lugar con las “aguas sobre la arena”.
Arroyo Carneros, afluente tributario al río Sordo, a la altura de la colonia Emiliano Zapata, casi atrás de la USBI.
Localizada en una vertiente entre dos cuencas y la intersección de los climas árido de montana y húmedo tropical de costa, Xalapa se convirtió en posada de múltiples viajeros. Sin embargo, pronto dejo de ser considerada un refugio para convertirse en un sitio de poblados en los cuales rápidamente se formaban nuevas familias. Por aquel entonces, Xalapa gozaba aún de ríos que nutrían de vida sus campos y cañadas, alegrando con sus flores teñidas de una gran diversidad de colores, a tal grado que a su visita, el naturalista alemán Alexander Von Humboldt, la describió como “la ciudad de las flores”.
Posterior a la independencia, Xalapa creció en su economía gracias al establecimiento de industrias, principalmente textiles, que lograron su desarrollo en el centro y periferia de la ya para entonces ciudad. Este impulso en la industria textil fue favorecida en gran medida al aprovechamiento del agua de la región por parte de las fábricas, ejemplo claro de ello fue la construcción del dique que la fábrica de hilados y tejidos “La fama” construyó, hoy día convertido en un lago artificial, sitio de recreo y descanso. Así, los cuerpos de agua fueron transformados y urbanizados, muchos de ellos dejados al olvido y al descuido, fueron deteriorándose hasta convertirse en canos de drenaje que son, actualmente, focos de infección y en algunos casos arroyos que en temporada de lluvia amenazan con su desbordamiento a los habitantes de sus cercanías. Este es caso evidente del rio Sordo, que nace en las lomas cercanas a la cabecera del municipio de Tlalnehuayocan, se nutre de varios arroyos, entre ellos el Papas y el Carneros ubicados en la parte poniente de la ciudad de Xalapa y baja por Coapexpan hacia la fábrica de papel y por el Jardín Botánico, hasta la localidad de Puerto Rico, en Coatepec, donde tributa sus aguas al rio Pixquiac.

Arroyo Amoyotl, afluente tributaria al río Sordo, a la altura de la cerca de la cabecera municipal de San Andrés Tlalnehuayocan.
El cauce del rio Sordo, otrora con aguas limpias, ahora esta convertido, en muchos de sus tramos, en vías de drenaje transformados, entubados o a cielo abierto, que han dejado de proveer sus servicios y beneficios ambientales, como la belleza escénica del paisaje y el control de inundaciones de sus márgenes forestadas, para convertirse en amenazas que hacen que la población prefiera mantenerlos entubados, enterrados y lejos de su vista y contacto. Esto, evidentemente, aleja a las personas de la oportunidad de contar con áreas verdes naturales que pudieran ser aprovechadas de muchas maneras, tanto para su disfrute emocional y su desarrollo psicológico, como para la evacuación controlada de las aguas pluviales acumuladas y escurridas por el asfalto, fungiendo con ello como vertederos y desagües de la creciente urbe.

Deforestación de la zona riparia de un afluente tributario al río Sordo. Cerca del museo del transporte.
Con esta finalidad de aprovechamiento, en el Instituto de Ecología (INECOL), se estudia la dinámica y funcionamiento de este sistema lotico-urbanizado, cuantificando los gastos hídricos de varios de sus cauces tributarios, la cobertura vegetal y uso de suelo de la microcuenca que recibe el nombre del río y su gradiente de precipitación para estimar la valoración económicamente de dos de los servicios ambientales que pudiera ofrecernos: la belleza escénica y el control de inundaciones, incentivando a los tomadores de decisiones en pro de la generación de programas de pago por servicios ambientales que hagan del rio Sordo y de su rivera, zonas restauradas, manejadas y aprovechadas para el goce y beneficio de los habitantes, al mismo tiempo que se pretende devolver al medio natural una parte del sistema acuático que inspiró a nuestros antepasados el nombre de nuestra gran ciudad: Xalapa.

