Forman ONG misión para proteger los derechos hídricos de la tribu yaqui
04 diciembre 2013Mario Luna, secretario ejecutivo de las autoridades tradicionales del pueblo de Vícam, primera cabecera de los ocho pueblos de la tribu yaqui, dijo que han transcurrido siete meses desde que la SCJN resolvió que se suspendiera la operación del acueducto, mientras no concluya la consulta sobre las afectaciones que causaría al pueblo yaqui; sin embargo, sigue en operación.
Sin que todavía concluya la consulta que permita definir la viabilidad del acueducto, éste ya está trasvasando 60 millones de metros cúbicos desde la cuenca del río Yaqui a la cuenca del río Sonora, ocasionando daños irreparables y serias afectaciones al derecho de acceso al agua de la tribu yaqui. Esta acción desconoce la sentencia de la Corte que estableció que, si la operación del acueducto causaba daños irreparables a la tribu durante el proceso de consulta, dicha obra debía cancelar sus actividades
, agregaron Alberto Solís, de la asociación Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz); Mina Navarro y Rodrigo Gutiérrez, investigadores de la UNAM, y el periodista nahua Mardonio Carballo, entre otros.
Tratados internacionales
Los activistas destacaron que con dicha obra la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como autoridad responsable, está violando el carácter previo del derecho a la consulta, establecido en tratados internacionales. Además, las autoridades han entregado información insuficiente, poco accesible y que no toma en cuenta los usos y costumbres de la tribu yaqui
.
Navarro, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, presentó el informe de los impactos provocados por la implementación de dicho acueducto, donde se detallan las diversas afectaciones a los ecosistemas del territorio yaqui, y por ende a sus actividades productivas, sociales, económicas y culturales.
Con la construcción y funcionamiento del Acueducto Independencia, se han detectado graves impactos negativos sobre la biodiversidad de la región, que depende íntegramente de las aguas que fluyen en la cuenca del Yaqui. De hecho, por los distintos proyectos de infraestructura, ya se enfrenta la disminución del caudal del río, lo que está abriendo paso a la entrada de agua de mar, ensalitrando tierras fértiles de cultivo y reduciendo los terrenos de siembra de la tribu
, destacó.
4 de diciembre de 2013
Fuente: La Jornada / Elizabeth Velasco C.