Monterrey VI: Trenes, mentiras y mansiones
27 noviembre 2014El proyecto de Monterrey VI, impulsado por Rodrigo Medina y Enrique Peña Nieto, plantea traer a Cerro Prieto agua del Río Pánuco, a un costo de 47 mil millones de pesos, mediante una Asociación Público Privada (APP) que endeudaría al Estado por 27 años.
Originalmente costaría 14 mil millones de pesos. Hoy cuesta casi cuatro veces más.
Nosotros preguntamos: ¿para qué traer agua de tan lejos? ¿Por qué subió tanto el precio? ¿Qué las inversiones anteriores no habían resuelto el problema?
Ante los cuestionamientos, el Gobierno dice que por razones de "interés público" la información se encuentra reservada.
Por ello, un grupo de ciudadanos nuevoleoneses, representantes de diversos organismos intermedios y ONGs, hemos exigido al Gobierno que haga pública toda la información sobre el acueducto Monterrey VI, en un plazo perentorio de 10 días hábiles.
La exigimos en calidad de ultimátum, efectivo a partir del miércoles pasado, pues no hay interés público por encima del derecho a saber lo que hacen con nuestro dinero.
Queremos comprobar que hay falsedades e inconsistencias en lo poco que se sabe del proyecto.
Necesitamos la información para hacer evidente la red de intereses que está detrás de este proyecto. Queremos que la opinión pública sepa que la obra es innecesaria y pueda manifestarse contra ella con pleno conocimiento de causa.
De entrada, el Gobierno falsea información al imprimir un sentido de urgencia al proyecto, señalándolo como indispensable pues "habrá escasez de agua a partir de 2015".
Sin embargo, de acuerdo con proyecciones conservadoras, hay capacidad instalada para garantizar el abasto hasta el 2023, y con medidas simples de ahorro y optimización, ésta se puede satisfacer hasta el 2031.
Además, el trasvase de agua entre cuencas que son ecosistemas distintos implica per se un riesgo ecológico. La información que opaca el Gobierno nos permitiría saber si al menos han considerado el peligro que la obra entraña para el balance ecológico del sistema receptor.
Esconden también los análisis comparativos entre sistemas hidrológicos. En efecto, las aguas del Río Pánuco contienen desechos industriales, agrícolas y de minería. No deben ser vertidas en Cerro Prieto, que tiene agua potable.
Mezclarlas afectaría uno de nuestros derechos humanos más básicos: contar con agua limpia para beber.
Por otra parte, ocultan también que hay alternativas más baratas y amigables con el medio ambiente, como el sistema de represas que se ha propuesto para La Huasteca, que brindaría protección adicional para la capital del Estado en contra de fenómenos meteorológicos.
Evitan también informarnos cómo esta gigantesca inversión afectaría la competitividad estatal, y el impacto social que tendría incrementar el precio del agua entre 35 y 50 pesos por metro cúbico.
Lo que sí sabemos es que el 37.5 por ciento del proyecto (17 mil 625 millones de pesos) fue asignado al Grupo Higa, propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú.
A este constructor le otorgaron obras por alrededor de 20 mil millones de pesos cuando Enrique Peña Nieto gobernaba el Estado de México, entre ellas el Hospital de Alta Especialidad de Zumpango, mediante una APP que compromete a los mexiquenses a pagar 300 millones mensuales durante 25 años.
También fue parte del consorcio al que se asignó el tren rápido México-Querétaro, por 50 mil 820 millones de pesos, mediante APP, asignada en una licitación recientemente cancelada entre acusaciones de favoritismo, días antes de que se conociera la relación de Hinojosa Cantú con la mansión familiar del Presidente de la República.
Como cereza en el pastel de esta novela, sabemos que Grupo Higa controla a la empresa constructora de la casa de 7 millones de dólares de Peña Nieto, y además financiaría los supuestos pagos que realiza Angélica Rivera.
Entonces tenemos claro el motivo de la opacidad: el constructor "de casa" del Presidente y único participante en el proyecto del tren bala, está también involucrado en Monterrey VI, APP onerosa e inútil que, rechazada por la sociedad y opacada por el Gobierno de Nuevo León, revela el escándalo de trenes, mentiras y mansiones.
Es la tormenta perfecta entre la corrupción, la soberbia y la vanidad de unos gobernantes que no acaban de entender su papel real frente a la ciudadanía.
23 de noviembre de 2014
Fuente: El Norte
Nota de Roberto Gallardo*
