Recarga Utilizando Agua de Lluvia en la Cuenca del Río Magdalena, Ciudad de México
27 diciembre 201927 de diciembre del 2019
Fuente: ResearchGate
El acuífero de la zona metropolitana de la Ciudad de México presenta una explotación intensiva, ocasionando problemas de hundimiento del terreno, cambio de la pendiente en los sistemas de drenaje, abatimiento de los niveles piezométricos, deterioro de la calidad del agua subterránea, entre otros. Una alternativa para mitigar parte de esta problemática es recargar el acuífero de la zona metropolitana de la Ciudad de México utilizando aguas de lluvia o escurrimientos para aprovechar el recurso hídrico de forma que se propicie un equilibrio entre el agua que se extrae del acuífero y la que se recarga al mismo. La cuenca del río Magdalena se localiza hidrogeológicamente en la porción centro-occidental del acuífero de la zona metropolitana de la Ciudad de México y cuenta con una superficie de 1,906.05 km2. El río Magdalena nace en una elevación de 3,600 msnm y desciende en abruptas pendientes, recorriendo la cuenca a lo largo de 14.8 km; posteriormente se adentra en la Ciudad de México, en la que recorre 13.4 km hasta desembocar en el colector de la avenida Río Churubusco.Aproximadamente, 52.5 % del río transcurre en área natural y 47.5 % en área urbana. La geología superficial de la cuenca río Magdalena se caracteriza por unidades cuaternarias de roca volcánica; capas sedimentarias de flujos piroclásticos y tobas, denominadas en su conjunto como formación Tarango. Asimismo, afloran secuencias de tobas y vulcanitas básicas y sedimentos aluviales depositados en la zona de influencia del cauce del arroyo Magdalena. La información geofísica confirma la presencia de una estrato masivo de roca volcánica (dacita-andesita) distribuidas principalmente en las zonas altas de la cuenca; capas de rocas sedimentarias de baja resistividad (formación Tarango) distribuidas en la zona baja de la cuenca a la altura del dínamo número uno, que se profundizan en dirección al valle. El análisis hidrométrico de las estaciones Santa Teresa y La Conchita muestra que el gasto medio del río Magdalena es de 0.5549 m3/s, el gasto máximo de 1.2188 m3/s y el gasto mínimo de 0.2604 m3/s. El tiempo de concentración calculado es de 1.44 hrs. La calidad química del agua superficial a lo largo del río Magdalena corresponde a aguas bicarbonatadas/magnésicas-sódicas (HCO3 /Mg-Na) que, acorde con la teoría de sistemas de flujo, corresponden a un flujo de tipo local. El análisis isotópico indica que el contenido de tritio ambiental, encontrado en las aguas del río Magdalena, tienen su origen en aguas modernas de reciente infiltración, con un tiempo de circulación no mayor de cinco años. Esto se corrobora con los valores de la conductividad eléctrica de los manantiales, que son del orden de 100 μS/cm; es decir, el tiempo de interacción agua-roca es pequeño. Una vez caracterizada la cuenca Magdalena se procedió a la construcción de 22 represas de gaviones (con piedra, geocostal y combinación) en la cañada el Aguaje. El volumen total de obra fue de 859 m3, compuesto por represas de gavión rellenas de piedra (350 m3) y de gavión con geocostal (509 m3). El gasto estimado de infiltración por las represas de gavión en la cañada el Aguaje es de 12.115 l/s, lo que representa un volumen anual de 382,060.72 m3/año. La recarga tiene una componente local que se ve reflejada en un aumento de la humedad del suelo que beneficia a la zona de bosque y favorece subterráneamente el incremento del gasto de los manantiales establecidos en la zona. La recarga local no impacta de forma directa al acuífero de la zona metropolitana de la Ciudad de México, sin embargo, favorece la recarga en la zona alta de la cuenca. La organización de la sociedad civil es indispensable para la apropiación del proyecto de recarga y se basa en la participación activa para construir las represas de gavión. En contraparte, la institución promotora debe proporcionar los insumos para la construcción. Bajo este esquema, el costo por metro cuadrado de una presa de gavión es de 55 pesos mexicanos (13 pesos por dólar americano en el año 2009) considerando los costos de transportación, herramientas, geocostal y piedra. Leer más
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