Vuelta a la ciudad lacustre (José Emilio Pacheco)
25 marzo 2011Cinco siglos de lucha contra el agua han dado su amargo fruto. La Ciudad de México señala el triunfo de quienes el Libro de Job llama los constructores del desierto. Nadie puede creer que en el horror actual hubo lagos y ríos. Hoy los cuadros de José María Velasco y los otros pintores del paisaje se dirían productos de la imaginación.
Parece literatura fantástica leer que la capital tuvo un puerto, San Lázaro; que el presidente Juárez se halló en peligro de ahogarse al zozobrar el vapor que lo conducía a Texcoco; o que hay una carta de Pedro Henríquez Ureña en que narra a su joven amigo Alfonso Reyes su travesía en lancha del Zócalo a Xochimilco.