El cambio climático ha alterado la crecida de los ríos
11 agosto 201710 de Agosto 2017
Fuente: El País
Nota: Miguel Ángel Criado
En el nordeste europeo y la vertiente atlántica se produce dos meses antes y en el Mediterráneo y el mar del Norte hasta 45 días después.
La crecida anual de los ríos, a veces catastrófica, se está viendo ya afectada por el cambio climático. Un estudio con cientos de miles de registros muestra que en el nordeste de Europa y la vertiente atlántica, las crecidas se producen ahora hasta 65 días antes que hace medio siglo. Mientras, en las costas bañadas por el mar del Norte y en amplias zonas del Mediterráneo, las inundaciones se han retrasado hasta en 45 días. Aunque las causas inmediatas en cada región son diferentes, la razón última de tanto desbarajuste en toda Europa es la misma: los cambios en el clima.
Una red de casi 50 científicos ha podido revisar los registros de 4.262 estaciones hidrométricas colocadas en ríos de 38 países europeos. El dato fundamental que registran es el caudal de agua que baja por ese punto y cuándo logra su máximo. Los investigadores se quedaron con la fecha del punto más alto alcanzado cada año, que se corresponde con la crecida anual de los ríos, desde 1960. En total, más de 200.000 registros que, al volcarlos sobre el mapa, desvelaron los grandes cambios que se han producido en las cuencas europeas en los últimos 50 años.
“El resultado global es que, en efecto, el cambio climático ha afectado al momento de las crecidas, pero lo ha hecho de diferente forma en las diferentes regiones de Europa”, dice el profesor del Instituto de Ingeniería Hidráulica y Gestión de Recursos Acuáticos de la Universidad Tecnológica de Viena (Austria) y principal autor del estudio, Günter Blöschl.
Mientras la nieve caída en el norte y este europeos se derrite antes, las lluvias caen más tarde en el sur
El estudio, publicado en la revista Science, muestra una llamativa conexión entre grandes regiones climáticas y el momento en que se producen las crecidas. Por ejemplo, tradicionalmente, en las zonas más frías del continente, como el norte y el este europeos, la crecida de los ríos se producía a finales de la primavera y principios del verano, con el deshielo de la nieve. Mientras, en el sur tendían a producirse en los meses del invierno, cuando más llueve. El cambio climático lo ha trastocado todo. Pero, al afectar de forma diferente de los distintos factores que están detrás de las crecidas, su impacto sobre el timing en cada zona es diferente.
“Durante el período de 50 años que hemos estudiado, más del 80% de las estaciones de medición en toda esta región [nordeste europeo] mostraron un cambio hacia crecidas más tempranas. Y se trata de un patrón que se repite a lo largo de una región tan grande”, explica la investigadora del Instituto Hidrológico y Meteorológico Sueco y coautora del estudio, Berit Arheimer. “También vemos un aumento muy marcado de la temperatura en esta región. Así que la temporada de nieve se está acortando y comienza a derretirse antes”, añade.
En la vertiente Atlántica, desde Portugal hasta el norte de Francia y el sur del Reino Unido, las crecidas también se han adelantado, a veces provocando grandes inundaciones como las que hubo en el suroeste de Inglaterra en el invierno de 2014. Antaño, en estas regiones húmedas las aguas bajaban con fuerza a finales del invierno, cuando la tierra no podía con todo el agua que había caído desde el otoño. Ahora, la mitad de las estaciones hidrométricas han registrado adelantos de más de 15 días y un cuarto de ellas de más de un mes.
“Hemos comprobado un adelanto en la acumulación máxima de humedad en el suelo”, comenta en una teleconferencia el científico del Centro para la Ecología y la Hidrología (Reino Unido), Jamie Hannaford. Y explica cómo afecta esto a las crecidas: “Inferimos que esta saturación temprana de los suelos y las reservas de agua subterránea asociados a otoños más húmedos en la zona están provocando crecidas más tempranas en el invierno”, añade.
Sin embargo, los ríos del resto de la Europa húmeda, Países Bajos, el norte de Alemania, Dinamarca, Escocia o el sur de Noruega, es decir, las zonas bañadas por el mar del Norte, han retrasado sus crecidas hasta en 45 días, aunque la mayoría de las estaciones registran retrasos más pequeños, en torno a los 10 días. Detrás de esta diferencia con el resto de la vertiente atlántica vuelve a estar el cambio climático. En este caso, los datos sugieren que el calentamiento del Ártico (el doble que la media planetaria) estaría alterando la Oscilación del Atlántico Norte, el patrón de vientos que gobierna el clima en esta región del globo. Lo que han comprobado los científicos es que estos cambios han retrasado el máximo de las lluvias de octubre a diciembre, retrasando en casi la misma medida la crecida de los ríos.
En los datos de la vertiente atlántica influyen tanto la capacidad de los suelos por absorber el agua como el cambio en el patrón de lluvias
Por último, el estudio también muestra un retraso, aunque menor, de las avenidas fluviales en la región mediterránea. En particular, las zonas donde más se han retrasado (unos cinco días de media) son el nordeste de España y la costa norte del Adriático. En ambos casos, según explicó Blöschl, a la mayor entrada de aire húmedo del Atlántico durante el invierno se habría unido un aumento de la temperatura de las aguas del Mediterráneo, retrasando el grueso de las lluvias: “la lógica es que un clima más cálido ha calentado el Mediterráneo y esto, a su vez, ha afectado a la circulación local, cambiando el régimen de lluvias en zonas costeras de Croacia o el sur de Francia y el este de España”.
Al producirse el mismo fenómeno (adelanto o atraso) en regiones tan grandes, los autores del estudio descartan que se deba a otros posibles factores de impacto local, como el cambio en el uso de la tierra o intervenciones en el curso de los ríos (presas, centrales hidroeléctricas…). Solo un fenómeno global como el cambio climático, que está alterando los procesos que influyen en el momento de las crecidas podría explicar tanta alteración.
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