Colombia: ‘Hay que aprender a vivir con las inundaciones frecuentemente’: CAR

24 noviembre 2011

Para el Subdirector de recursos naturales de la corporación, “no es momento de buscar responsables”.

24 de noviembre de 2011

Fuente: eltiempo.com

En diálogo con ‘La W Radio’, Javier Palacio, subdirector de recursos naturales de la Corporación Autónoma Regional (CAR), respondió a críticas formuladas por la alcaldesa (e) de Bogotá, según las cuales, la corporación no tomó las medidas necesarias para evitar las inundaciones en el norte de Bogotá y en la vía Suba-Cota. El funcionario afirmó que dicho organismo no debe asumir la responsabilidad por las emergencias de los últimos días en la sabana de Bogotá, pues según, argumentó, se viven condiciones climatológicas complicadas por cuenta del fenómeno de la Niña. “Hemos sido víctimas de lluvias intensas y el país debe aprender a convivir con eso. Es un tema en el que endilgar culpas hacia cualquier entidad del Estado no tiene sentido en este momento”, aseguró.

Palacios asegura que la CAR sí tomó medidas para controlar el nivel de las aguas del río Bogotá y así evitar inundaciones, o al menos, controlar la situación para no vivir una emergencia de mayores proporciones.

“La regulación que realiza la CAR a través de los embalses del Sisga, Neusa, tominé y San Rafael, es un proceso que está mitigando en alta proporción el tema del manejo de aguas. La regulación de estos embalses permitió almacenar 100 metros cúbicos de agua por segundo. Si no hubiésemos adelantado esa operación, en Bogotá no estaríamos hablando de la entrada de 40 metros cúbicos por segundo, sino de 140. La inundación que hoy se está presentando tendría unas proporciones mucho más altas”, dijo.

En el caso de las inundaciones en el norte de Bogotá, el funcionario aseguró que la CAR sí avanza en la compra de predios aledaños al río Bogotá para recuperar su cuenca y que además, trabajó en el realce de jarillones, lo que infortunadamente no bastó para controlar la emergencia.

Por otra parte, Palacio asegura que la CAR le ha manifestado con anterioridad al IDU la necesidad de re localizar el trazado de la vía Suba-Cota en al menos 800 metros para que no se tenga que cerrar de manera periódica el flujo vehicular. “La vía fue localizada por el Distrito en una zona crítica (debajo del nivel del río Bogotá y en la zona de inundación del mismo). Es un tema del Distrito y así debe tratarse”, afirmó el funcionario.

Obras no salvaron de la inundación a Bogotá y la sabana

Los jarillones o muros de contención que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), alcaldías locales – como las de Suba- y algunos particulares levantaron hace más de cuatro meses para evitar inundaciones del río Bogotá a terrenos y vías ribereñas de la capital y municipios vecinos de la sabana, de nada sirvieron.

En la madrugada de ayer,los caudales se desbocaron hacia la zona noroccidental del Distrito, sobre vías como la de Bogotá-Chía (por la variante de Teletón), donde provocaron un descomunal trancón, y en la de Cota-Suba, donde las aguas rebasaron los jarillones y se elevaron hasta 1,50 metros sobre la arteria.

Sin embargo, el gobernador de Cundinamarca, Andrés González, aseguró que semejante desbordamiento no se debió a que los jarillones fallaron, sino al desmedido volumen de agua que está cargando el río.

En el puente de El Común, en periodos normales, bajan 7,5 metros cúbicos de agua. Ayer fluyeron más de 51,2 metros cúbicos. En Alicachín, de 17 metros cúbicos por segundo, se subió a 146.
El muro de la discordia

Por el contrario, hay quienes culpan de la inundación en la variante de Teletón a la ‘muralla’ -de casi 4 metros de altura- que la Universidad de La Sabana viene levantando para reforzar el jarillón del río Bogotá que la bordea y así evitar los estragos que padeció con la anegación del pasado 20 de abril. Según los críticos, el caudal estaría golpeando contra ese jarillón y rebotando hacia la variante.

El rector de La Sabana, Obdulio Velásquez, rechazó esa versión y sostuvo que “en estos momentos, todo mundo es experto, pero la obra se está haciendo con autorización de la CAR, acogiéndonos a las normas y con asesoría de una importante empresa de ingeniería hidráulica mundial. Si ese jarillón no se hubiera hecho, no solo estaría inundada la universidad, sino también Chía”.

¿Cómo evitar nuevas inundaciones en esa variante y en la Autopista Norte?

Las soluciones parecen lejanas. La alcaldesa (e.) de Bogotá, Clara López, dijo que la vía se debe elevar, mínimo, un metro y a lo largo de varios kilómetros, porque fue construida por debajo de la cota máxima del río.

Igual sucedió con la vía Cota-Suba, que se tomó la ronda del río. Aquí, la anegación comenzó por filtraciones del caudal en un jarillón que la alcaldía de Suba rellenó, inicialmente, con escombros y que luego la CAR entró a modificar usando refuerzos con arcilla y otros materiales, explicó la jefe de la CAR Bogotá, Olga Li Romero. Por ese motivo, la Corporación le está abriendo a la citada alcaldía un proceso sancionatorio.

Para que ese camino deje de inundarse, dijo la CAR, se tiene que cambiar el trazado de la vía en unos 980 metros, y así se lo notificó al Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) hace cuatro meses, cuando le pidió autorización para ampliar ese tramo. Para el Distrito, el problema lo causaron la CAR y el ‘entubamiento’ del río con los jarillones.

Cultivos, los otros afectados

El invierno ya les ha provocado estragos a 300 familias de Cundinamarca -por la inundación de cultivos y vías-, sobre todo en las zonas rurales de los municipios de la cuenca media del río Bogotá: Suesca, Sesquilé, Tocancipá, Zipaquirá, Cajicá, Sopó, Chía y Cota.

Sin embargo, los efectos de las lluvias también están siendo intensos en la provincia de Ubaté, donde 1.500 hectáreas están inundadas por el rompimiento de un jarillón en la laguna de Fúquene. Los mayores problemas se están presentando en Guachetá, Fúquene y Lenguazaque.

En la casa de Juan Simón Rodríguez, en Guachetá, el agua llega hasta las rodillas. “Ahora vivo con un vecino que nos acogió con mi familia. Ya por aquí no se puede trabajar en agricultura ni ganadería; todo se lo tragó el agua”, dijo.

Y en la casa de María del Carmen, una habitante de Fúquene, el patio trasero está inundado. “Todas las vacas las he tenido que vender o se han muerto a causa de las enfermedades que trae el agua empozada”, afirmó.

Henry Polanía, asesor de la Gobernación de Cundinamarca en la provincia de Ubaté, sostuvo que, a pesar de los estragos, los trabajos de dragado de ríos y quebradas han sido menores en comparación con inviernos pasados, cuando las hectáreas inundadas llegaron a ser 19.000.

Según la Gobernación, ya se gestionaron 11.000 millones de pesos, y la CAR está en proceso de contratación para reforzar el canal perimetral de la laguna de Fúquene.

Otra medida es la construcción de los embalses de Tibita y San José, proyecto ya aprobado y que cuesta 70.000 millones de pesos.

Drama de los bogotanos

Después de un día de trabajo como vigilante de un conjunto residencial en Bogotá, Aurelio Tinjacá tuvo que regresar ayer a su casa, en la vereda de Chorrillos, cerca de Suba, con la bicicleta al hombro. “Ya la cicla no me sirve para moverme, porque me afectó la inundación de la vía Suba-Cota”, dijo.

En este sector, los jarillones que debían proteger la calzada de las inundaciones los están usando peligrosamente los ciudadanos como senderos. “Es la única manera de pasar, porque la vía ya ni se ve”, señaló Margarita Ochoa, que trabaja en una clínica odontológica de Cota y vive en Suba. Quienes deben tomar esta vía podrían llegar a sus destinos por la calle 80 o la Autopista Norte, pero “eso triplica los gastos de transporte, y el sueldo no alcanza”, afirmó Luis Felipe Díaz.

¿Sirven las alertas?

Según el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae) y la alcaldesa (e.), Clara López, las alertas sí sirven, porque permiten, rápidamente, movilizar recursos y alistarse para la emergencia. Por ello, dijo, hay un plan de contingencia que ayudará a hacer una evacuación de 30.000 a 60.000 personas, en el término de 24 horas. Igualmente, que en ese lapso se puedan movilizar los materiales. Para algunos ciudadanos, las alertas se quedan en avisos. Andrés Salazar, de Chía, manifestó que hace un mes, en el paso peatonal del retorno Chía-Bogotá, a la altura de la U. de La Sabana, Invías puso un letrero que anunciaba sus trabajos para evitar las inundaciones. “Lo único que hicieron fue poner una fila de bultos de arena en los jarillones, que, desde luego, no evitaron nada”.

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El consumo de carne es bastante común en nuestra sociedad, pero causa graves daños al ambiente. ¿Cómo contamina el agua? ¿Qué sabes sobre el tema?

¡Pon a prueba tus conocimientos en este tema! ¡Y diviértete!

 Ir a la trivia