El drenaje sanitario, reto del siglo XXI
04 agosto 20172 de agosto de 2017
Fuente: Diario de Yucatán
Nota: Jorge Alfonso López González*
Yucatán ocupa actualmente el último lugar nacional en cobertura de saneamiento de las aguas residuales, al cubrir sólo un porcentaje menor de 5% de las necesidades de una población de alrededor de 2 millones de habitantes. Nuevo León, Aguascalientes y Nayarit han alcanzado el 100% de cobertura. (Anuario SEMARNAT-CONAGUA Situación del Subsector Agua Potable, Drenaje y Saneamiento).
Así de sencillo. La construcción de la red de drenaje sanitario en Mérida es una tarea impostergable que viene siendo el mayor reto del presente siglo XXI.
El drenaje y alcantarillado sanitario es la red de conducción de las aguas residuales domésticas e industriales hacia plantas de tratamiento que luego de sanearlas la devuelven al manto acuífero.
Cobertura de agua potable y saneamiento van de la mano, sólo que obtener agua y potabilizarla es una necesidad básica para el sustento de la vida humana, en tanto que sanearla, es decir darles tratamiento a las aguas residuales antes de devolverla a los cuerpos de agua subterráneos y superficiales, es la clave para la calidad de vida del ser humano.
En 1963 se inaugura la Planta Potabilizadora Mérida 1, la cual aún está en servicio. Esta planta cubría las necesidades de agua potable de la ciudad de Mérida y del puerto de Progreso.
Con el inicio de operaciones del servicio y al carecer la ciudad de sistema alguno de disposición de aguas residuales y de regulación de la autoridad al respecto, las aguas negras domésticas fueron enviadas a sumideros habilitados en los patios de las casas o a los pozos existentes que servían para extraer agua.
Así, al paso del tiempo los pozos fueron convertidos en receptores de aguas residuales, es decir nulo saneamiento y contaminación directa al acuífero.
Lo anterior dio origen a la primera legislación sobre el destino de las aguas residuales y con ello se autorizó la construcción de fosas sépticas que durante muchos años han sido el método más usado para disponer de estas aguas.
Pero ese sistema adolece de graves deficiencias debido a que no es un método de tratamiento, es sólo un retenedor temporal de sólidos y líquidos; los sólidos permanecen en la fosa y los líquidos por reboce son enviados a pozos colectores; el resultado es el mismo, contaminan el acuífero.
La primera zona de Mérida en contar con una red de drenaje de aguas residuales fue la colonia Alemán. Ahí se construyó en 1950 el primer sistema de alcantarillado sanitario que conducía las aguas residuales a un cárcamo, donde luego de un tratamiento primario a base de cloro, las aguas eran vertidas a un pozo de poco más de 100 metros de profundidad.
Aun cuando el proceso tampoco era un sistema de tratamiento, cumplía con las normas de la época, aunque sería obsoleto en la actualidad.
A fines de los años 70 y principios de los 80 se realizaron fuertes inversiones para realizar estudios e iniciar las obras de drenaje, que al final no condujeron a nada. Lo que se realizó permanece enterrado y no fue sino hasta 2004 cuando se inicia propiamente la cultura del saneamiento o tratamiento de las aguas residuales, colectadas con alcantarillado y llevadas a plantas de tratamiento que finalmente las devuelven al acuífero sin contaminarlo.
De ese año a la fecha, se han se han rehabilitado y construido nuevos sistemas en Mérida, para desarrollos como: Altabrisa, Ciudad Caucel, Las Américas, Gran Santa Fe y Las Fincas, por mencionar los de mayor tamaño, hasta totalizar aproximadamente 26 sistemas.
Lo anterior evitó que la ciudad siguiera creciendo y contaminando el acuífero con sus aguas residuales sin tratamiento; y justo eso representa el 5% de cobertura que tiene todo el Estado.
En cuanto a las restantes poblaciones y zonas rurales de Yucatán, aún no se tiene avance en ese sentido, aunque vale la pena mencionar que de 2004 a la fecha se han construido cerca de 30,000 baños húmedos completos en toda la geografía estatal, dotados de tanques sépticos que cumplen con un tratamiento secundario de las aguas residuales, siendo su principal objetivo erradicar el fecalismo al aire libre.
El acuífero de la Península de Yucatán, por sus condiciones geológicas y por la carencia de ríos y arroyos, es al mismo tiempo fuente de abastecimiento para uso humano, ganadero, agrícola e industrial, y cuerpo receptor de las aguas residuales. De ahí la enorme importancia que tiene la construcción del drenaje y alcantarillado sanitario, para preservar esta riqueza hídrica tan vulnerable a la contaminación.
Que si falta trabajo por hacer, no cabe la menor duda. Actualmente se cuenta con la tecnología y la maquinaria capaces de resolver el problema, pero es un trabajo en conjunto donde la convocatoria se debe hacer para: autoridades, iniciativa privada, usuarios, académicos, investigadores, estudiantes y sociedad en general, en pro de la conservación y preservación de las aguas y ecosistemas, hoy que aún estamos a tiempo.
Es una obra que no está sujeta a tiempos políticos, se inicia y a lo largo del tiempo gobierno tras gobierno debe avanzar. Es un gran reto el cual no será posible alcanzar sin el esfuerzo conjunto.— Mérida, Yucatán.
jorgelopezglez@hotmail.com
Maestro de Hidráulica e Hidrología de la Universidad Marista de Mérida
No fue sino hasta 2004 cuando se inicia propiamente la cultura del saneamiento o tratamiento de las aguas residuales