Agroecología: sembrar con respeto al agua

04 julio 2025 Agua

Redacción:  agua.org.mx / Karina Bautista-Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental, A.C.

Investigación: Elba Horcasitas/ estudiante de Economía en la Universidad Iberoamericana

En medio de una crisis climática, pérdida de biodiversidad y escasez de recursos naturales, la agroecología se presenta como una alternativa que no solo transforma el modo en que producimos alimentos, sino también cómo cuidamos el agua y el suelo, dos pilares esenciales para la vida.

Más que una técnica agrícola, la agroecología es una forma de entender y relacionarnos con la naturaleza. Integra conocimientos tradicionales y científicos para crear sistemas alimentarios sostenibles, justos y resilientes.[1] En lugar de depender de agroquímicos, fertilizantes y pesticidas, la agroecología promueve procesos naturales como el reciclaje de nutrientes, la biodiversidad y la regeneración del suelo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agroecología es clave para enfrentar el cambio climático, reducir la pobreza rural y mejorar la seguridad alimentaria.[2] De hecho, se ha demostrado que los sistemas agroecológicos son más resistentes ante fenómenos climáticos extremos como sequías o lluvias intensas, debido a su diversidad funcional y manejo del paisaje.[3]

Hablemos del suelo.

El suelo es un recurso vivo. Contiene millones de microorganismos, retiene agua, almacena carbono y es donde crecen nuestros alimentos. Pero hoy, más del 30 % de los suelos del mundo están degradados por prácticas agrícolas intensivas.[4] La agroecología propone soluciones prácticas como la rotación de cultivos, la cobertura vegetal, el compostaje o la agroforestería. Estas prácticas restauran la salud del suelo y reducen la erosión, lo que también favorece la infiltración del agua y la recarga de acuíferos.[5] Además, el suelo sano mejora la infiltración del agua y reduce el riesgo de escorrentía y erosión, actuando como una barrera natural frente a desastres como inundaciones [6]

Respecto al agua…

El 70 % del agua dulce disponible en el mundo se usa para la agricultura, pero gran parte se desperdicia por métodos ineficientes de riego. [7]La agroecología impulsa un uso responsable del agua mediante prácticas como el riego por goteo, la captación de lluvia y la cobertura vegetal que reduce la evaporación. Además, al evitar el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, se protege la calidad del agua y se previene su contaminación. En otras palabras, la agroecología es también una estrategia pata proteger las fuentes de agua.

Un ejemplo exitoso de esto es el sistema de zanjas de infiltración y terrazas vivas implementado en comunidades indígenas andinas, que ha permitido restaurar manantiales y aumentar la disponibilidad de agua en temporada seca. [3]

Todas y todos podemos ser parte de este cambio. Desde consumir alimentos locales y agroecológicos, participar en huertos urbanos, reducir el desperdicio de comida, hasta apoyar políticas públicas que fortalezcan la agricultura sostenible. [8]También es clave apoyar el reconocimiento legal de los territorios campesinos y sistemas agroalimentarios tradicionales, ya que su defensa es vital para conservar prácticas agroecológicas que han sido probadas durante generaciones

Informarte y compartir estos conocimientos también es una forma de sembrar conciencia. Y recuerda que no existe una única forma de aplicar los enfoques agroecológicos; depende de los contextos, las limitaciones y las oportunidades locales.

La agroecología no solo nos da alimentos. Nos invita a cuidar el agua, regenerar el suelo y reconstruir nuestras relaciones con la tierra y entre nosotras y nosotros. Hoy más que nunca, necesitamos modelos que pongan la vida en el centro. Apostar por la agroecología es también defender nuestro derecho al agua y a un futuro más justo.

 

 

Referencias:

[1] Altieri, M. A. (1999). Agroecología: bases científicas para una agricultura sustentable. Nordan Comunidad.

[2] FAO. (s.f.) Los 10 elementos de la agroecología. FAO

[3] Altieri, M. A., & Toledo, V. M. (2011). The agroecological revolution in Latin America: rescuing nature, ensuring food sovereignty and empowering peasants. The Journal of Peasant Studies38(3), 587–612.

[4] FAO. (2015). Status of the World’s Soil Resources (SWSR).

[5] Francis, C., Lieblein, G., Gliessman, S., Breland, T. A., Creamer, N., Harwood, R., … Poincelot, R. (2003). Agroecology: The Ecology of Food Systems. Journal of Sustainable Agriculture22(3), 99–118.

[6] Lal, R. (2020). Soil-mediated ecosystem services. Journal of Soil and Water Conservation, 75(5), 123A–129A.

[7] CONAGUA. (2023). Estadísticas del agua en México. Comisión Nacional del Agua.

[8] IPES-Food. (2016). From Uniformity to Diversity: A Paradigm Shift from Industrial Agriculture to Diversified Agroecological Systems.

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