Pesticidas en tu mesa y en el agua

14 noviembre 2025 Agua

Redacción: agua.org.mx / Karina Bautista-Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental, A.C

Foto: Canva

Más de 60 años han pasado desde que la ilustre Rachel Carson denunció públicamente en su libro “La Primavera Silenciosa” los efectos del uso de pesticidas. Ella dijo:

“Esa extraordinaria capacidad de la vida ha sido ignorada por los que practican el control químico, que no han puesto en su tarea ni «orientaciones de mentalidad elevada» ni humildad ante las vastas fuerzas con las que se entrometen.”

Es decir, la naturaleza tiene una gran capacidad para sostener la vida y mantenerse en equilibrio. Sin embargo, al aplicar control químico no siempre se considera esa complejidad ni la dimensión de los procesos naturales en los que intervienen.

Si esto ya lo sabía Carson desde 1962 ¿Cómo estamos hoy? ¿Dónde estamos parados frente a los agroquímicos y pesticidas? Empecemos por definirlos.

En primer lugar, los agroquímicos son compuestos químicos utilizados en la agricultura, los cuales incluyen: fertilizantes, pesticidas y acondicionadores de suelo entre otros[1]. Dentro de ellos, los pesticidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas, rodenticidas, etc.) se diseñan para controlar organismos considerados dañinos para los cultivos. Aunque ayudan a incrementar la productividad a corto plazo, su uso extendido conlleva riesgos para la salud humana y los ecosistemas.

Por ejemplo, en el caso de la salud humana, la evidencia científica muestra asociaciones consistentes entre la exposición crónica a plaguicidas y enfermedades como ciertos tipos de cáncer, problemas neurológicos y efectos reproductivos. Además, las personas que trabajan directamente con los plaguicidas están expuestas a problemas respiratorios y enfermedades neurodegenerativas con mayor probabilidad. [2] Desafortunadamente cada año hay en el mundo cerca de 385 millones de casos de intoxicación por pesticidas. Esto afecta particularmente a las personas que trabajan en zonas rurales del Sur Global. [3]

Por otro lado, los plaguicidas también afectan a los ecosistemas, sobre todo al agua. La contaminación ocurre de tres formas: cuando la lluvia arrastra los químicos hacia ríos y lagos (escorrentía), cuando se filtran hacia los acuíferos (lixiviación) o cuando se evaporan y luego regresan con la lluvia (deposición atmosférica).[4] Una vez dentro de nuestros ecosistemas alteran la composición del fitoplancton, la cadena alimentaria y la capacidad de los cuerpos de agua para sostener servicios ecosistémicos. Muchos compuestos persisten en el agua o se transforman en subproductos (por ejemplo, compuestos tipo TFA/PFAS asociados a algunos pesticidas) que son altamente persistentes y difíciles de eliminar con tratamientos convencionales. Esto convierte al agua en un receptor clave y vulnerable.[5]

Pero eso no es todo, existen pesticidas denominados Highly Hazardous Pesticides (HHPs), es decir, Pesticidas Altamente Peligrosos (PAP) los cuales afectan al medio ambiente y todos los seres vivos que lo rodea, tal como: abejas, aves, pequeños mamíferos, peces, otros organismos acuáticos y la biota del suelo. [6]

La mayoría de los PAP son producidos y prohibidos en Europa, mientras que son aplicados en América Latina. En el caso de México, tenemos el valle de Culiacán, donde hay un centro de recolección de envases vacíos que ocupa 280 ha y más del 50% del volumen corresponde a PAP. En el Bajío y el Estado de México, donde se producen cereales y flores, el 75% de los pesticidas son PAP. [7]

La lucha apenas comienza…

La industria de los agroquímicos y pesticidas es tan grande que resulta muy difícil terminarla. Esto responde en gran medida a intereses económicos, México es el tercer mercado de agroquímicos o, mejor dicho, agrotóxicos, más grande de América Latina. En 2021, las ventas anuales oscilaron en 1,260 millones de dólares, mercado que está acaparado en un 70% por 10 empresas. De acuerdo con la Red Internacional de Plaguicidas (2022) 21 de los 30 plaguicidas de mayor venta en México están prohibidos o no autorizados en otras partes del mundo y 18 de estos son PAP. [8]

Pero esto ha cambiado. En 2025 el gobierno federal publicó un decreto que da a conocer una lista de 35 plaguicidas considerados de alto riesgo cuyo uso, producción o importación se determinó como prohibida en el territorio nacional. La medida fue difundida por la Secretaría de Agricultura y en el Diario Oficial. [9]Es importante señalar que, según análisis de organizaciones civiles y académicas, aunque la prohibición de esta lista es relevante, aún hay 200 ingredientes activos de PAP que están autorizados por tanto la transición requiere medidas complementarias (monitoreo, vigilancia sanitaria, sustitución segura y apoyo a productores).[10]

Por otro lado, existen alternativas como la agricultura ecológica que es mucho más respetuosa con el entorno. En este caso se hace la eliminación del uso de pesticidas sintéticos y se presta más atención a la fertilidad del suelo mediante compost, rotaciones y asociación de cultivos; esto reduce la carga química en suelos y cuerpos de agua. Por su parte la agricultura regenerativa realiza prácticas que aumentan la retención de agua del suelo, disminuyen escurrimientos y favores la biodiversidad (cobertura vegetal, barreras verdes, zanjas de infiltración). Estas prácticas ayudan a que menos agrotóxicos lleguen a ríos y acuíferos. [11]

Como sociedad también podemos hacer cambios. El primero y más importante, es no dejar de hablar del tema, entre más personas sepan de los riesgos a los que nos exponen más podremos accionar en colectividad. Es importante ejercer presión a nuestro gobierno en la regulación de estos químicos y por supuesto a las empresas que los utilizan. También podemos priorizar el consumo de productos producidos con prácticas sostenibles o certificados orgánicos (cuando sea posible). Podemos apoyar proyectos que restauren de cuencas, así como agricultura sostenible.

Al final, todo regresa a una pregunta sencilla: ¿somos conscientes de lo que llevamos a la boca y del camino que recorrió antes de llegar a nuestro plato? Pensarlo no es un acto de poder: el poder de elegir un futuro donde la comida nutre, el agua no envenena y la tierra sigue viva.

Referencias:

[1] FAO, (2025). AGROVOC Multilingual Thesaurus- agrochemicals. FAO.

[2] Shekhar, C., Khosya, R., Thakur, K., Mahajan, D., Kumar, R., Kumar, S., & Sharma, A. K. (2024). A systematic review of pesticide exposure, associated risks, and long-term human health impacts. Toxicology reports, 13, 101840. https://doi.org/10.1016/j.toxrep.2024.101840

[3] Bejarano, F., García, J., Ponce, G., Rojas, A.E, Bernal Y.I. & Verdín, F.A. (2024). Atlas de los pesticidas. Fundación Heinrich Böll Ciudad de México.

[4] FAO. (s.f). Evaluación de la contaminación. FAO

[5] Syafrudin, M., Kristanti, R. A., Yuniarto, A., Hadibarata, T., Rhee, J., Al-Onazi, W. A., Algarni, T. S., Almarri, A. H., & Al-Mohaimeed, A. M. (2021). Pesticides in Drinking Water-A Review. International journal of environmental research and public health, 18(2), 468. https://doi.org/10.3390/ijerph18020468

[6] UNEP. (s.f.) Highly Hazardous Pesticides (HHPs). UNEP

[7] Morales González, J.C. [et al.] (2020). Agrotóxicos en América Latina. FIAN Brasil.

[8] Bejarano, F., García, J., Ponce, G., Rojas, A.E, Bernal Y.I. & Verdín, F.A. (2024). Atlas de los pesticidas. Fundación Heinrich Böll Ciudad de México.

[9] Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (03 de septiembre de 2025). Prohibición de 35 plaguicidas desde su producción o importación hasta su aplicación en México. Gobierno de México.

[10] Bejarano G. F. (04 de septiembre de 2025). The Presidential Decree Does Not Include a Ban on the Most Commonly Used Pesticides in Mexico. Regenaration International.

[11] Agricultura regenerativa (s.f). ¿Qué es la agricultura regenerativa? Agricultura regenerativa.