En Yucatán ocupan los cenotes como basurero

24 mayo 2012

*  Hay registrados dos mil 660 cenotes (cavidades naturales inundadas de agua), únicamente alrededor de 100 son explotados turísticamente

24 de mayo de 2012
Fuente: Excélsior
Nota de Lilian Gatica

MÉRIDA.- En Yucatán hay registrados dos mil 660 cenotes (cavidades naturales inundadas de agua), únicamente alrededor de 100 son explotados turísticamente, en los cuales se observan formaciones rocosas de millones de años de antigüedad, el brillante color del agua que contienen, así como la vegetación y aves silvestres que los rodean; en algunos incluso el visitante puede nadar o bucear.

El resto de estas cavernas naturales no cuenta con el cuidado y la protección de ningún propietario o autoridad, ello origina que quienes se encuentran en los alrededores depositen en ellos todo aquello que ya no les sirve, aseguró Carlos Augusto Evia Cervantes, antropólogo y profesor investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

“Asimismo, un gran número de personas prefiriere utilizar los pozos, de los que antes sacaba agua, para tirar ahí sus desperdicios, en lugar de hacer una fosa séptica, lo que resulta altamente contaminante”, indicó Evia Cervantes.

Entonces, “el agua de los baños y también del servicio doméstico contamina los cenotes y a pesar de que muchos habitantes de las zonas rurales de Yucatán acostumbran beber de ellos sin hervir el agua y esto no es recomendable”, advirtió el profesor investigador.

Además, las “aguas negras” no sólo contaminan estas cavernas inundadas, sino también el mar, esto debido a que los cenotes están interconectados por conductos pequeños, que filtran el líquido hacia la costa.

Hoy, para prevenir la contaminación de dichas cavidades naturales, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán capacita a guías turísticos locales para que las muestren adecuadamente y ofrezcan a los paseantes datos certeros relacionados con su cuidado, geología, arqueología y biología.

“En tanto que la comunidad que vive a los alrededores de los cenotes y que continúa dándoles diversos usos, ya sea para nadar o extraer agua, recibe información respecto a la forma saludable de visitarlos sin contaminarlos”, reconoció el experto de la UADY.

Cabe señalar que en Yucatán existen tantos cenotes gracias a su suelo cárstico –que deja pasar el agua a través de la tierra–, que provoca que en el subsuelo se den diversas formas de cavernamiento a lo largo de la península.

“En algunos cenotes existen vestigios arqueológicos. Sin embargo, nadar o bucear en ellos es peligroso cuando no se utiliza salvavidas o el equipo completo de buceo profesional”, afirmó Evia Cervantes.

La mayoría de estas cavidades se ubica en los municipios de Cuzamá y Tecoh, y sólo dos de ellos tienen protección federal, debido a que se localizan en el interior de las zonas arqueológicas de Chichén-Itzá y de Dzibilchaltún.

“Por otra parte, algunos cenotes son de propiedad privada y son administrados prósperamente, como el de Ik Kil, que gana cerca de 25 mil pesos cada dos horas. Resultado del número de turistas que lo visitan, cada uno paga cerca de 80 pesos. Sin embargo, hay otras cavernas naturales de gran belleza que están en completo abandono, contaminadas y desaprovechadas”, puntualizó el antropólogo.

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