La sequía y la explotación ilegal para extraer agua y derivarla a 400 lagunas privadas redujo el nivel de la presa en Valle de Bravo a un grado “crítico”, de acuerdo con los habitantes, pues actualmente se encuentra a menos del 26% de su capacidad, aún y cuando dependen en 80% del turismo que éste genera.
De acuerdo con David Rodríguez, uno de los representantes que ha encabezado protestas frente a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) debido al saqueo del recurso de la presa para la generación de lagos privados, las condiciones actuales son peores que en la pandemia.
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