Falsea Sapas Cifras de Agua que Limpiará Planta Tratadora de Zitácuaro

15 diciembre 2011

* En un Acto Montado Para la Foto, sin Escatimar Gastos

15 de octubre de 2011
Fuente: Primer Plano

Placa que registra el “momento histórico”

Zitácuaro.- Solo para la foto, con cifras engañosas y sin escatimar gastos para presumir “su logro”, el Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Sapas) llevó a cabo un acto con el declaró la puesta en marcha de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Zitácuaro. Se trató del momento “cumbre” del cuestionado director del Sapas, José Antonio Garduño Sánchez, quien apareció como el héroe que, hasta el último año de su gestión de 4 años, echó a andar el “elefante blanco” en que se ha convertido la planta, en sus 11 años de existencia.

Ante el fracaso reciente en su intento de adueñarse del organismo operador, luego de que el cabildo no le aprobó el reglamento que le daría el control de la dependencia, e impediría que el próximo alcalde lo destituyera, nada impidió que Garduño Sánchez disfrutada de sus 15 minutos de fama.

En un acto a modo, fiel al estilo de su principal benefactor, el alcalde Antonio Ixtláhuac, el director del Sapas se erigió a sí mismo como el único que pudo echar a andar la planta, cuya inversión de 35 millones de pesos, en el año 2000, parecían haberse ido al caño.

Sin embargo, utilizó cifras engañosas. Afirmó que si bien la planta tiene capacidad para tratar 266 litros de aguas negras por segundo, las instalaciones se echaban a andar con un volumen de 170 litros por segundo; es decir, más del 63%. Pero no.

Alguien que sabe del tema, porque ha estado involucrado relacionado con él, el regidor Javier Jaramillo Serrato, titular de la Comisión de Ecología del cabildo, lo desmintió.

Indicó que no hay evidencias que indiquen que, efectivamente, se traten los 170 litros por segundo que afirmó Garduño Sánchez. La cantidad que entra la que sale de la planta es mucho menor que eso. “No sé en qué se fundamentará para decir eso”, agregó.

Otro problema es que, a pesar de que ha recibido más de 52 millones de pesos, en los últimos 4 años, para construir los colectores (o sea los conductos para llegar el agua de drenaje a la planta), el director del Sapas todavía no los ha terminado.

Le faltan, como él mismo reconoció, aplicar 17 millones de pesos. Sin los colectores terminados, no es posible hacer llegar las aguas negras a la planta y, por lo tanto, no se les puede dar el tratamiento a que obliga la ley.

La mayor parte de los residuos generados por los zitacuarenses aún se van sin tratar a los ríos Zitácuaro y San Isidro. De ahí, a la presa de El Bosque y al Sistema Cutzamala, para ser consumidos por los habitantes de la ciudad de México.

Para que el acto luciera, los depósitos de llenaron de aguas negras y la maquinaria se puso a andar al 100%. No había duda que finalmente las instalaciones se iban a aprovechar, en beneficio de la ecología del municipio.

Sin embargo, el regidor Jaramillo señaló que esto fue solo para la foto. Que la cantidad que efectivamente podría llegar a la planta, con el sistema de colectores inconcluso, estaría en alrededor de 130-135 litros por segundo. Es decir, en el mejor de los casos, solo operaría a la mitad de su capacidad.

En este sentido, dijo que debería de utilizarse solo uno de los dos módulos disponibles y con ello sería más que suficiente para remover los contaminantes; esto permitiría, de vez en vez, alternar los depósitos, mientras se tiene el volumen suficiente para operar al 100%.

Por otro lado, Jaramillo criticó la forma en la que actualmente se plantea el funcionamiento de la planta, en cuanto al proceso de aireado. “Detecto áreas muertas”, enfatizó.

Indicó que desde su punto de vista, es importante dar la aireación suficiente, para realizar un trabajo eficiente en la remoción de contaminantes. También expresó que difería de la forma en la que se plantea el secado de los lodos residuales que se retiran de las aguas negras.

Actualmente se plantea su secado, prácticamente, en su totalidad. Esto inhibiría el desarrollo de los microorganismos y le restaría a estos “lodos” sus propiedades para uso agrícola, como fertilizantes.

No obstante, dijo que, en sí, el acto es positivo, por la presencia que hubo del titular de la Comisión Nacional del Agua en Michoacán, Pedro Aguilar Aguilar. Esto garantiza que el apoyo para consolidar la planta continuará en el futuro.

Además, reforzará la promesa de retirar la multa a Zitácuaro, impuesta por no tratar las aguas en el período 1995-2008, y que asciende a 579 millones de pesos que el municipio tendría que desembolsar.

Despilfarro y Opacidad

Otro tema es el de la falta de transparencia. No solo no se ha hablado de los costos de la obra, sino que tampoco se habló de los incentivos que la Conagua le entrega al Sapas para operar la planta. Hace 3 años, esta cantidad ascendía a 200 mil pesos trimestrales. Actualmente, no se sabe.

Asimismo, es criticable que no se mida en gastos para presumir los “logros” del sistema y para montar un acto como el de la “puesta en marcha” de la planta. Se refirió a la elaboración de impresos a color, en papel fino, cuya edición no es barata y no se justifica, porque no benefician en nada a los usuarios, que los pagan.

También, mencionó la renta de una pantalla, sonido, lona y sillas, para montar el acto. El problema es que el Sapas, cuyas finanzas están en números rojos cada vez más profundos desde hace 2 años, no puede darse estos lujos.