Genera académica de la UNAM esferas para descontaminar agua

11 enero 2016

Foto: Despertar
 

El mercurio es un metal pesado mutágeno, teratógeno y carcinogénico; su acumulación en el ambiente afecta los cuerpos de agua, lo que podría intoxicar a peces y hortalizas consumidas por el humano. En tanto, los colorantes textiles también tienen implicaciones en la salud humana y en el medio ambiente, explicó la responsable del laboratorio de biotecnología de la entidad multidisciplinaria.

Las pequeñas esferas fueron impresas molecularmente, es decir, antes de la formación de estas estructuras “les pegamos el mercurio para que éste atrajera, de manera selectiva, el metal que se encontraba en las aguas residuales formuladas en laboratorio. Para la degradación del rojo de metilo, las esferas se prepararon con dióxido de titanio, donde se lleva a cabo una reacción foto-catalítica a fin de efectuar la degradación”, detalló.

El quitosán es un biopolímero derivado de la quitina, que se obtiene del caparazón de artrópodos; se comporta como un poli-catión —más de una carga positiva—, propiedad que hace que capture otras moléculas con carga contraria, en este caso el mercurio.

Las pruebas se realizaron incluso con aguas que contenían una concentración de contaminantes 1 000 veces superior a la permitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. “Los resultados nos mostraron la adsorción de 99.95 por ciento, en el caso del mercurio, y de 86.5 por ciento de degradación foto-catalítica de rojo de metilo”, explicó.

Estas pequeñas pelotas pueden usarse de nuevo. Una vez que han capturado el contaminante se colocan en una solución que las lava y deja listas para su reutilización; además, son biodegradables y biocompatibles, abundó la universitaria con más de dos décadas dedicadas al estudio del quitosán.

Las esferas fueron probadas bajo normas que aseguraban que el agua tratada de esa manera estaba libre de contaminantes; no llega a tener el nivel de potable, pero sí se lograron niveles muy altos de descontaminación, aclaró Miranda Castro.

La quitina se encuentra en gran cantidad en la naturaleza; todo el reino de artrópodos —arácnidos, insectos y crustáceos— la posee. Ese polímero se transforma en quitosán en el laboratorio para obtener mayores propiedades de aplicación.


08 de enero de 2016
Fuente: Desperta de Oaxaca

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