La insoportable levedad del agua

08 agosto 2017

07 de Agosto 2017
Fuente: iAgua
Nota: Enrique Castellanos Rodrigo

Ya lo dijo Napoleón Bonaparte; “El agua, el aire y la limpieza son los principales productos de mi farmacia”.

Foto tomada de iAgua.

Y siendo todavía mucho más realista (desde el punto de vista de la supervivencia), el poeta y ensayista británico del siglo pasado, W.H.Auden, declaró: “Miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua”.

Las conclusiones se presentan evidentes. Si se mantuviesen limpios el agua y el aire, la humanidad reduciría significativamente el número de enfermedades que padece. Y, por otro lado, si tan solo se intentase conservar el agua que la Tierra nos brinda, entonces, a nuestro amor le añadiríamos vida.

El agua es leve. Nos deja a nosotros el peso de tomar la decisión de cuidarlo. Brota de la tierra, cae del cielo y nace en los océanos. Su levedad es nuestro legado. Preservarlo nuestra misión.

¿Lo estamos haciendo?

Repasemos algunos ejemplos que muestran que la levedad del agua hacen todavía más ciertas las palabras anteriores:

  • Miles de lagos en China han desaparecido:

Como ejemplo; las inundaciones que provocó el río Yangtze en la década de los 90 vinieron como consecuencia de que los 800 lagos que regulaban la capacidad del caudal de este enorme río, sencillamente, ya habían desaparecido.

  • El Lago Chad (África):

En 1960 su extensión aproximada era de 25.000 km². Para este año en curso ocupa menos de 2.500 km². Se pronostica que en unos 20 años desaparezca por completo.

  • Mar de Aral (Asia Central):

La industria del algodón se bebió literalmente este mar, que en su origen tenía una superficie de 60.000 km². Según las últimas estimaciones, tan solo queda un 10% de su extensión y se están haciendo esfuerzos por su recuperación. Pero esta es una empresa que se antoja titánica y quizás infructífera.

  • Lago Tiberiades o Mar de Galilea (Israel):

Hace poco sufrió un descenso fortuito de 15 cm en el nivel de sus aguas. Esto ocurrió en un solo mes. Sus afluentes, principalmente el río Jordán, han disminuido alarmantemente su caudal. La falta de lluvias lo está secando.

  • Lago Poopó en Bolivia (Sudamérica):

Era el segundo lago más grande del país después del Titicaca. Ahora, en su lugar, hay un desierto. Apenas hay algún reducto húmedo de agua que se resiste a morir secado. Como poco, unas 200 especies del reino animal y de la Flora han perecido por esta causa además de provocar otras dramáticas consecuencias en la zona.

  • El lago Mono, el más antiguo que se conoce en Norteamérica:

Se desviaron sus principales ríos tributarios para abastecer de agua a la inmensa población de la ciudad de Los Ángeles. Las consecuencias no han tardado en aparecer. Ha perdido aproximadamente el 90% de sus humedales. Su volumen ha descendido hasta casi la mitad.

  • El Lago Chapala (México):

Este lago ha perdido más del 80% de su volumen de agua. La extensión en km² también está cayendo vertiginosamente.

Fuente: BBC

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