Las inundaciones qué. El día que nos quedemos sin agua

06 julio 2017

5 de julio de 2017
Fuente: Milenio
Nota: Carlos Puig

Ayer hablé con Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México. En las últimas Dudas razonables, he hablado del problema de las inundaciones en la capital, lo viejo del drenaje, la necesidad de inversión a largo plazo, de los problemas de la basura que causan la mitad de las inundaciones y de lo deficiente de nuestro sistema de recolección.

Muchos de esos datos sacados de un documento que el mismo Aguirre presentó a la Asamblea de Representantes y los Constituyentes de la ciudad.

Lo primero que me dijo apenas nos saludamos es que entiende que en estas épocas el tema sean las inundaciones, pero que el verdadero problema de la ciudad es el suministro del agua.

Y me refirió a otras partes del documento. En especial la situación de los acuíferos en el Valle de México que proveen de la mayor cantidad de agua a quienes lo habitamos.

Sacamos tanta agua de ellos que no hay manera de recargarlos. Los déficits empiezan a ser alarmantes. Dice el documento: “Esos 763 millones de metros cúbicos que se extraen de más al acuífero representa un volumen muy importante de agua que anualmente se ocupan más allá de su recarga y representa el mayor reto de sustentabilidad hídrica, que pone en riesgo el futuro de la CdMx, ya que, a este ritmo de extracción, hay un consenso entre especialistas de que el acuífero no podrá continuar abasteciendo más allá de 40 a 50 años”.

Por si esto fuera poco, la poca agua que tenemos es, en algunas zonas, de mala calidad. Mientras que el agua proveniente de los pozos en el centro, poniente, y sur de la ciudad es de calidad aceptable y cumple con la norma, según el documento, “la zona oriente de la ciudad tiene agua de muy mala calidad, con muchos parámetros fuera de norma, tales como los referidos a niveles de fierro, manganeso, nitrógeno amoniacal, nitritos, nitratos, gas sulfhídrico, entre otros”. Potabilizar esa agua, la poca que quede, será más caro y complicado.

Si a eso agregamos un grave problema de fugas, un sistema que no permite compensar zonas sin agua con agua de otras zonas, la poca agua que reciclamos, no sería extraño que en algún momento durante los próximos 20 años de repente, algún día, un par de millones de habitantes de la ciudad se quede sin agua.

Aguirre lo tiene claro, si no se comprometen unos 8 mil millones de pesos anuales durante los próximos 40 años, no está claro que la ciudad sea viable a finales del siglo.

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