Medio Oriente- Por el agua mato: la guerra del futuro

29 enero 2013

Se trata, en efecto, de casi la mitad de la población mundial para el 2030, aquella que tendría entonces problemas para acceder al agua potable normalmente, y las guerras y otras formas de confrontación por este recurso serán el principal eje de atención de los conflictos gubernamentales y sociales.

Un informe de inteligencia de EEUU, de hecho, pronostica tiempos turbios en todo sentido proyectan un sombrío escenario para el futuro: conflictos étnicos, tensiones regionales, inestabilidad política e incluso genocidios por causa de la escasez de agua.

En la próxima década, “muchos países importantes para Estados Unidos seguramente experimentarán problemas de agua, como escasez, mala calidad o inundaciones, que contribuirán al riesgo de inestabilidad y fallas en los estados, además de incrementar las tensiones regionales”, indicó la Evaluación Nacional de Inteligencia de Estados Unidos de marzo de 2011.

Tomando en consideración que los países de Medio Oriente se erigen sobre el desierto, se entiende que para esta región el problema vaya a ser de especial envergadura. Munqeth Meyhar, de la oficina para Medio Oriente de la organización Amigos de la Tierra, señaló que la árida Jordania sufre una severa escasez de agua.

El costo del agua en ese país se incrementó 30 por ciento en los últimos 10 años, debido a la disminución de los recursos subterráneos, explicó. En ese periodo, Jordania no ha podido producir suficientes alimentos para su población.

Meyhar explicó además que la escasez de agua afectó la calidad de vida de los jordanos en las zonas rurales, lo que causó un gran éxodo a las grandes ciudades. Este es un problema común a todos los países de Medio Oriente.

Consultado sobre la desalinización, el experto sostuvo que las plantas para realizar ese proceso hacen un uso excesivo del agua en Medio Oriente. Setenta por ciento de las plantas de desalinización en el mundo están ubicadas en esa región, mayoritariamente en Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos y Kuwait. Israel se está acercando a este grupo a un ritmo acelerado. Aunque esas plantas producen el agua necesaria para esa árida región, generan daños a la salud y el ambiente.

El agua de mar usada en la mayoría de las plantas de desalinización tienen grandes cantidades de boro y bromuro, y el proceso solo puede remover minerales esenciales como el calcio.

Además, la sal retenida es por lo general devuelta a los océanos, incrementando su salinidad y afectando así más aún el ambiente. Además, el proceso de desalinización consume mucha energía, indicó Meyhar.

El alto consumo de energía deriva en un aumento de los precios, afectando a los consumidores.

Las plantas de desalinización pueden ayudar a aliviar la carencia de agua potable, pero también contribuyen a un uso excesivo de los recursos naturales.

“En nuestra opinión, la reforma del sector del agua en su uso doméstico, agrícola, turístico e industrial es el primer paso hacia la solución de los desafíos de Medio Oriente”, dijo Meyhar.

La Cumbre Internacional del Agua, que concluirá este jueves 17, lanzó el Project Stream (Proyecto Torrente), que procura conectar a diferentes actores para hallar soluciones a los problemas del agua.

Se espera que los países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos, Kuwait, Omán y Qatar) inviertan más de 100 mil millones de dólares en la región a favor de estas soluciones.


29 de enero de 2013

Fuente: lamula.pe / Raquel Niego

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