Nevado de Toluca, polémica por su conservación
04 diciembre 2013Rodeado de paisajes naturales donde habitan 1127 especies animales y vegetales y fuente también del 15% de agua que se canaliza al Distrito Federal, el antiguo parque nacional fue convertido en área de protección de flora y fauna por decreto presidencial publicado el 1 de octubre.
Con esta medida el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) busca proteger los vastos recursos naturales de la zona y detener su deterioro ambiental, así como la extracción ilegal de madera y materiales de las minas.
Según la propuesta de recategorización presentada por la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México -compilada por el investigador Gerardo Ceballos- el aumento de población y el cambio de uso de suelo han provocado la pérdida de 14 mil hectáreas de bosques en la zona, lo que equivale al 25% de esta área natural protegida.
Sin embargo, otros estudiosos advierten que este cambio se realizó "en forma apresurada" -sin tiempo para consensuar con la academia y evaluar sus posibles impactos, afirman- y que profundizará en lugar de detener el deterioro ambiental.
"Preocupa que siendo un parque nacional -inafectable en la ley- se haya perdido el 25% de su cubierta forestal. ¿Qué pasará si esto ya se puede hacer de manera abierta?" (a raíz del cambio a área de protección), plantea el doctor Zenón Cano Santana, de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
"En los hechos se está bajando la categoría de parque nacional a área de protección de flora y fauna, cuando debería ser al contrario: subirlo en la jerarquía para convertirlo en zona de reserva de la biosfera", advierte por su parte Luis Zambrano, del Instituto de Biología (IB) de la Máxima Casa de Estudios.
¿Protección o explotación?
El experto del Laboratorio de Restauración Ecológica del IB sostiene que el cambio de estatus "es un reto legal" equivalente a bajar a la zona de nivel. "Las áreas naturales protegidas tienen distintos niveles de conservación. Y la más grande es la reserva de la biosfera", argumenta.
Para Zenón Cano es indispensable aumentar la extensión de la zona núcleo en los lugares más conservados para que el impacto humano sea menor, además de garantizar su protección en el largo plazo. "El problema no es de leyes, pues cualquiera que sea su estatus legal, no está garantizada la viabilidad de los ecosistemas naturales".
Otra objeción expresada por Luis Zambrano se refiere a que bajo la nueva categoría el antiguo parque estará regulado por las que llama leyes extractivas. "La medida, en lugar de ser de protección es de explotación. En lugar de proteger se incentiva la producción y eso, está visto, termina por destruir los ecosistemas".
Zenón Cano por su lado reflexiona que la superficie definida para la zona núcleo que queda inafectada (1941 hectáreas) se reduce a sólo 4% del total del área de protección de flora y fauna (53, 590 hectáreas, ver infografía).
"Esto deja poco más del 96% del territorio (en la zona de amortiguamiento de 51 649 hectáreas) para hacer explotación de sus recursos. Esto es una tomadura de pelo", recrimina el profesor del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias.
El titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat), Juan José Guerra Abud, aclaró que el decreto no respondió a una decisión improvisada, pues en el proceso participaron especialistas de diversas instituciones, además de que el proyecto fue sometido a consulta pública.
Guerra Abud explicó que en la zona habitan 10 mil 200 personas que no podían ejercer sus derechos ejidales con el estatus de parque nacional pero tampoco tenían alternativas de supervivencia, lo cual las condujo a hacer tala y explotaciones ilegales.
Evaluación de impacto
La Conanp junto con autoridades del Estado de México elaboró un Programa de Manejo que será sometido a consideración de los habitantes de los municipios aledaños (Toluca, Zinacantepec, Calimaya, Temascaltepec, Coatepec, Almoloya y Amalanco.
En este Programa de Manejo se prohíbe expresamente construir pistas de esquí, fraccionamientos, casas campestres, hoteles o campos de golf para "no poner en riesgo la estructura y dinámica natural de los ecosistemas o de las poblaciones silvestres que habitan el área".
Ante ello, el doctor Zambrano critica la falta de estimaciones que especifiquen qué tipo de riesgos ambientales pueden generarse en el largo plazo. "El estudio previo justificativo está muy bien en términos de diagnóstico, pero no dice por qué al dejar de ser parque nacional mejorará su conservación".
"Hay un estudio previo similar al que se utilizó para justificar el cambio que propone convertir al lugar en zona de reserva de la biosfera. Podemos regular exactamente qué tipo de actividades se pueden y cuáles no pueden hacerse, pero desde esta clasificación", propone Luis Zambrano.
4 de diciembre de 2013
Fuente: El Universal / Guillermo Cárdenas Guzmán
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