El clima extremo en Estados Unidos también ha provocado el cierre de aeropuertos y la afectación de hospitales.
Las ciudades de Estados Unidos azotadas por tormentas invernales que dejaron a millones sin electricidad durante días han cambiado una crisis por otra: las rupturas de cañerías provocadas por las bajas temperaturas han provocado escasez de agua potable, el cierre de aeropuertos y afectado la capacidad de los hospitales para trabajar en condiciones de sanidad.