Prevén más disputas por el agua en urbes
05 junio 2015
En el marco del Día Mundial del Medioambiente, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) refiere que en México existen 3.3 millones de familias sin acceso al agua potable, tanto en las ciudades como en las áreas rurales.
Y es que, de acuerdo con Juan Javier Carrillo, investigador de la Subdirección Hidráulica y Ambiental de la UNAM, es paradójico que el desarrollo económico del país haya sido inverso: “donde tenemos el mayor Producto Interno Bruto (PIB) hay menos agua”.
Lo anterior, consideró, acrecentará los conflictos por el vital líquido en los próximos años por la deficiente planeación y el incremento de la población en las ciudades industrializadas.
“A partir del centro y hacia el norte son las regiones hidrológicas que tienen mayor riesgo de sequías. En en el norte, además de ser la zona donde se concentra el mayor crecimiento económico, tienen ya problemas.
“Actualmente se habla del proyecto Monterrey VI para abastecer el área metropolitana de esa ciudad (…). Pero se tiene que encontrar la forma que simplemente no alteres el equilibrio de otra región, es decir, no vas a afectar a otros por tu beneficio, y hay formas de lograrlo”, sostuvo Carrillo.
En León, por ejemplo, el trasvase de 119 millones de metros cúbicos de agua que se pretendían al año desde la presa El Zapotillo hacia la ciudad, demoraría 18 meses más en lo que se define su viabilidad.
Por su parte, Jorge Alberto Arriaga, coordinador del Observatorio Hídrico de la UNAM, coincidió en que si bien existe un mayor crecimiento industrial y económico en dichar regiones, también las disputas por el agua se han ido intensificando.
“Hablamos de que en el norte se encuentran las principales industrias y la agricultura de exportación, está última actividad también se está intensificando y están entrando en conflicto por el agua para consumo humano, y esta situación va a agravar en los próximos años a consecuencia del cambio climático”, sostuvo.
Arriaga refiere que la zonas rurales también se han convertido en el reflejo de la inseguridad hídrica que vive el país ante la falta de políticas para el cuidado y mantenimiento de recurso, además de la dotación de infraestructura que garantice su acceso.
La pobreza y con ello el déficit en el ingreso económico, las enfermedades y los daños provocados por los desastres naturales relacionados con las lluvias son algunas de las consecuencias de la falta de seguridad hídrica, expuso.
El contraste
110
es el promedio ideal diario de consumo de agua por habitante; sin embargo, hay quienes llegan a utilizar hasta 400 litros en México.
Así lo dijo
“Hay una mala distribución del agua en México, en toda la parte norte las precipitaciones son menores, incluso en el centro. En el sur es lo contrario, sin embargo, quienes tienen peores índices de cobertura de agua potable están ahí”.
Jorge Alberto Arriaga, coordinador del Observatorio Hídrico de la UNAM.
05 de junio de 2015
Fuente: Publimetro
Nota de Víctor Gómez
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