Desde que huyó del conflicto en Sudán del Sur hace cinco años, esta mujer de 35 años, madre de tres hijos, ha tenido que emprender laboriosos viajes de un día a un bosque cada vez más escaso en el estado sudanés de Nilo Blanco para recoger la escasa leña.
“Salgo de casa a partir de las 6 de la mañana y cruzo el río en un bote para llegar al bosque”, explica, y añade que viaja con un grupo de otras mujeres por seguridad. “Cuando somos muchas, podemos ayudarnos mutuamente en caso de problemas”, añade. Leer más.