Temen desborden diques en Ciudad Juárez

21 mayo 2009

Fuente: El Diario
21 de mayo de 2009
Por Horacio Carrasco Soto

La presencia de nublados y de las primeras lluvias provocaron ayer temor entre las familias asentadas en los cauces y vasos de los diques.

Por esa situación, los vecinos urgieron ayer a las autoridades a emprender la limpieza de esos gigantescos contenedores y el reforzamiento en los que presenten condiciones de riesgo.

Dichas estructuras se encuentran azolvadas y, al reducirse su capacidad de almacenamiento, existe un mayor riesgo de que haya derrames o desbordamientos, lo que podría generar situaciones de emergencia, según dijeron ayer.

Justo en ese lugar, hace un trienio tres personas perecieron ahogadas, tras ser arrastradas por una fuerte avenida que llegó de la sierra durante la tromba del 6 de julio de 2006.

El año pasado sí limpiaron y sacaron tierra, pero este año no hicieron nada, solamente anduvo una máquina de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) y el operador se limitó a esparcirla en el centro, dice Francisco López Martínez, vecino del dique La Trituradora, ubicado en el cruce de la calles Caliche y Asfalto de la colonia Vista Hermosa.

Agrega que ahora “solamente vinieron a esparcir la tierra y luego hicieron unos cerros, pero nunca se la llevaron. Este año nomás empezaron allí, pero no han sacado tierra, nomás la expandieron, allí la dejaron peor, la fueron metiendo en medio”, agrega.

El vecino explica que hacer la limpieza no es suficiente porque también se deben cerrar los accesos que permiten a los automovilistas llegar con sus vehículos hasta el fondo del dique.

Esto es muy necesario porque muchas personas se meten con trocas a descargar escombro y algunos llevan montones de llantas de desecho para tirarlas allí, informa.

Mientras tanto, en otro lugar, en la primera casa al pie de la cortina del dique Fronteriza, doña Elisa Ortiz da gracias a Dios porque no ha habido lluvias, pero manifiesta su preocupación por el cielo nublado y los pronósticos que los meteorólogos dan por televisión.

El problema es que tanto el vaso como el cauce de la gigantesca estructura hidráulica están azolvados y puede haber una tragedia, advierte.

Y a pesar de las casos trágicos de los años recientes “ya no han venido, dijeron que iban a poner gente a limpiar, pero no pusieron a nadie, ya no vinieron”, dice la mujer, quien vive en la calle California 3220.

Informa que el agua hasta ahora los ha respetado, pues a pesar de que vive a unos metros del dique no les ha pasado nada, mientras que las casas de sus vecinos fueron destruidas por la inundación que rebasó la cortina en 2006.

Curiosamente, el agua siempre ha dejado su vivienda de pie, pues sólo dañó un cuarto y fue necesario tumbarlo, pero el resto de la propiedad ni siquiera fue tocada por el caudal, agrega.

En esta primera casa, casi al pie de la cortina, residen ella, su marido, un hijo casado y otro soltero, tres nietos y su nuera.

Su esposo, Melesio Rodríguez, dice que ninguna autoridad ha acudido a limpiar, al grado de que el canal de llamada se saturó de matorrales y fue necesario que uno de sus hijos les prendiera fuego para despejarlo.

El problema es que ya vienen las lluvias y toda la obra hidráulica está azolvada, llena de tierra, basura, llantas, animales muertos, escombro y toda clase de desechos, lo que puede desviar el agua hacia las casas, advierte.

Agrega que allí nadie tiene documentos de propiedad porque la colonia se formó con una invasión del cauce del Arroyo de las Víboras, donde hoy existen quizá cientos de manzanas construidas y con servicios, a pesar del peligro.

En la presa Benito Juárez de la colonia La Conquista, que los vecinos conocen como ‘dique Las Pistolas’ por la cercanía de un campo de tiro, un hombre observa el vaso azolvado, con mucho menos capacidad cada año.

En el centro de ese sitio hay un monumento funerario, una especie de tumba con un par de cruces y los nombres de los niños Alonso y Esteban Quiñones Maldonado, de 12 y 13 años de edad, respectivamente.

Ellos fallecieron ahogados el 5 de julio de 2004, al querer sacar del agua un balón de futbol, en un hecho que conmovió a la ciudad.

Sin proporcionar su nombre, el vecino pregunta cuándo y quién va a “limpiar” la presa, pues en caso de una precipitación copiosa el agua va a subir y va a alcanzar decenas de viviendas que fueron construidas adentro del vaso.

Además existe el peligro que implica tener tal acumulamiento de agua que provoca no sólo molestias, sino también desgracias a los vecinos.

Nadie sabe responder a sus preguntas.